Hoy hacía un año, hace doscientos años, que Jane Austen había fallecido de madrugada, en los brazos de su hermana Cassandra. Una pérdida que, aunque llevada con la característica austeridad de los Austen, veremos cómo se iba sobrellevando, y cómo hicieron que Jane siguiera estando, de alguna manera, entre ellos.

Ya vimos cómo habían transcurrido los meses de Agosto y Septiembre de 1817 en la vida de los Austen.

James, el hermano mayor de Jane, seguía con la salud muy frágil. En Octubre de 1817 realizaron un viaje a Worthing para su tratamiento, pero lejos de mejorar, su estado empeoró.

Henry, tras su bancarrota, había sido ordenado como sacerdote y estaba ahora viviendo en casa de su madre, en Chawton, a la vez que llevaba la parroquia de Alton. Dado el estado de salud de su hermano James, que llevaba, entre otras, la parroquia de Cubbington, Henry se puso en contacto con James Henry Leigh con el fin de que le tuviera en cuenta para la misma.

En el contexto social, el 6 de Noviembre de 1817 falleció la Princesa Carlota de Gales, en el parto de su hijo. De la Princesa Carlota ya hablamos en su día, referente a su relación con Mexico y con Jane Austen. Os traigo aquí parte de la entrada que le dedicamos, relacionada específicamente con su fallecimiento:

Carlota tuvo un primer aborto, y un segundo embarazo para el que se extremaron tanto los cuidados, que se pasaron, y fallecieron en el parto tanto ella como su hijo, un niño precioso. El parto fue tan largo que el Príncipe Leopoldo, que había estado con su esposa durante todo el

Carlota de México siendo niña

proceso (¡qué mono, y qué adelantado!) tuvo que tomarse un opiáceo para dormir y, cuando quisieron despertarlo porque su mujer se estaba muriendo, les resultó dificilísimo. Carlota falleció cuatro meses después que Jane Austen, probablemente ambas por un tratamiento médico desacertado. 

Henry Brougham escribió sobre la reacción del pueblo a la muerte de Carlota: «Es como si todas las casas de Gran Bretaña hubiesen perdido a su hija favorita». El reino entró en un luto profundo hasta el punto que las fábricas textiles agotaran la tela negra. Incluso los pobres y los indigentes usaban brazaletes negros en la ropa. Las tiendas cerraron dos semanas, así como la Casa de Cambio Real, los tribunales y los puertos. Incluso las casas de apuestas cerraron el día del funeral en señal de respeto.

Solamente alguien puso el contrapunto a la muerte de la Princesa Carlota: el poeta Percy Bysshe Shelley que, en un artículo titulado «Un mensaje a las personas sobre la muerte de la princesa Carlota», dijo que la ejecución de tres hombres el día siguiente a la muerte de la princesa por haber conspirado contra el gobierno era una tragedia aún mayor. Supongo que entró por un oído y salió por otro, como suele ser habitual…

El príncipe Leopoldo escribió una carta dirigida a sir Thomas Lawrence:

Dos generaciones perdidas ―¡de una sola vez!— Siento mucho dolor, pero también lo siento por el príncipe regente. Mi Carlota ha desaparecido ―el país la ha perdido—. Ella era buena, una mujer admirable. Nadie podía conocer a Carlota mejor que yo. Era mi estudio y mi deber conocerla, pero también mi deleite

¡Qué hombre! Podría haber sido perfectamente Mr. Darcy… Carlota y Leopoldo vivieron un matrimonio muy feliz… mientras duró.

La muerte de Carlota dejó al rey sin nietos legítimos.

(Seguir Leyendo…)

 

El 10 de Noviembre de 1817, Cassandra concluía la ejecución del testamento de su hermana Jane. El dinero en efectivo con el que contaba Jane eran 70 Libras Esterlinas. Había pagos, y también deudas, pendientes. Tras liquidar todo, a Cassandra le quedaron 561,2 Libras en efectivo, y 400 Libras en acciones. Si os digo la verdad, una pequeña fortuna para los años que corrían…

El 16 de Noviembre de 1817, Fanny, acompañada de su padre, Edward, y de sus hermanos Edward y Liz, visitó Chawton. Lo describe como un encuentro melancólico, en el que todos estaban realmente tristes. Henry y William se hospedaban en la Casa Grande aunque acudían a diario al cottage para cenar. Martha Lloyd, durante esta visita, se trasladó con los Digweed. Fanny aprovechó la visita para dar largos paseos con su prima Anna y con su cuñado, Benjamin Lefroy; o para visitar a su tía, la Sra. de Frank Austen, en Alton.

En el mes de Diciembre de 1817, el Editor de Jane Austen, John Murray, en una carta a Lady Abercorn, le comunicaba que «estaba imprimiendo dos novelas cortas, pero muy inteligentes, de la pobre Srta. Austen…». Se trataba de La Abadía de Northanger, y de Persuasión. Lady Abercorn respondió a esta carta, rogándole: «por favor, envíenos las novelas de Jane Austen en cuanto pueda. Lord Abercorn la considera prácticamente a la misma altura que Walter Scott… Es una lástima que ya no vayamos a tener ninguna más de ella…«

El 13 de Diciembre de 1817, Henry redactó la «Nota Biográfica de la Autora» como prefacio a la Edición de Murray de los libros de Jane. El 17 de Diciembre, aparece en el diario The Courier el primer anuncio de la próxima publicación de las novelas, prevista para el día 20 de Diciembre. Murray editó 1750 copias, a 24 chelines por los cuatro volúmenes, dos para la Abadía de Norhanger, y dos para Persuasión. No obstante, Murray dató las obras para 1818. El día 20 de Diciembre Henry añadió una posdata a la Nota Biográfica del 13 de Diciembre, y escribió que «desde que había escrito la previa, habían llegado a su poder algunos extractos de correspondencia de la autora». A continuación, incluyó un extracto de la carta de Jane de los días 16 y 17 de Diciembre de 1816 a su sobrino James Edward, y otro de la carta escrita a su amiga Frances Tilson el 28 y 29 de Mayo de 1817, en la que Jane se despedía de nosotros con su peculiar sentido del humor. Los libros aparecieron en el mercado probablemente a finales de ese mes de Diciembre.

Se cree que probablemente entre esos meses de finales de Diciembre de 1817 hasta finales de Julio de 1819, y entre 1814 y Enero de 1827, fue cuando la Sra. Austen relató los recuerdos de los días de colegio de su hija Jane, a su sobrina Anna Lefroy.

A principios de 1818, John Murray envío copias de las nuevas novelas de Jane Austen a la escritora Maria Edgeworth. Por su parte, en Carlton House, el bibliotecario, James Stanier Clarke, que tan peculiar relación tuvo con Jane (fue él quien la «invitó» a dedicar Emma al Príncipe Regente) había adquirido ambos libros. Escribió a su amigo William Haley contándole que estaba leyendo las novelas póstumas de una joven dama que le había impresionado bastante, y que estuvo en su día en Carlton House: la Srta. Austen. Ambas seguían la misma línea de las anteriores, en cuanto a que estaban llenas de genio y originalidad…

En el mes de Marzo de 1818 aparece la primera recensión de ambas en The British Critic, pp 293-301.

En Febrero, el mes anterior, Edward tuvo que pagar la friolera de 11.000 Libras ESterlinas, como consecuencia de la bancarrota de su hermano Henry. Una mala racha familiar, sin duda. La buena noticia fue que, a mediados de Abril, se permitió a Henry cobrar todas las cantidades que, por otro lado, se le adeudaban.

En Abril de ese año, Henry consigue que le hagan capellán de la Embajada Británica en Berlín, gracias a su primo Henry Walter.

También en Abril, Elizabeth, una de las hijas de Edward, recibe, por segunda vez, una propuesta de matrimonio por parte de Edward Rice (la primera fue en Enero). Edward padre está un poco preocupado y le pide a su hija que medite bien sobre una relación permanente con alguien que ha empezado a conocer hacía relativamente poco tiempo (seis meses), y la anima a que busque el consejo de su prima, Louisa Bridges. No obstante, Elizabeth acepta esta vez a finales de mes. En Mayo, el muchacho, se cayó del caballo y se hizo heridas de una cierta gravedad en el rostro. Para su convalecencia, pidió que le facilitaran un ejemplar de Sense and Sensibility.

Ese mes de Abril, Cassandra decidió pasar unas semanas en Steventon, junto a su hermano James, con el que tenía una relación muy especial. Aparte de su frágil estado de salud, la tía James Perrot Leigh le retiró la pensión de 100 Libras Esterlinas, por lo que no le quedó más remedio que sacar a su hija Caroline del colegio. Pero su hermano James Edward (encantador, por cierto), le dijo a su padre que prefería que se le recortaran los gastos a él, antes que sacar a su hermana del colegio (no olvidéis que stamos a principios del S. XIX-familia ejemplar donde las haya-).

En el mes de Mayo aparece otra recensión de los libros de Jane en The Edinburgh Magazine & Literary Miscellany, N2, pp 453-5.

Y ese mes de Mayo, el día 18, nace el tercer hijo, y único varón, de la sobrina de Jane, Anna, a quien llamaron George Benjamin Austen Lefroy.

Para que veais las conexiones que tenía Edward, el hermano mayor de Jane, en ese mes de Mayo escribe al Príncipe Maximiliano de Sajonia. Sus hijos y George habían regresado de su visita a Dresden con saludos y recuerdos para Edward de parte de la familia real de Sajonia, que todavía recordaba la visita hacía ya 30 años del propio Edward, y el feliz año que pasó en Dresden. Edward les envió una pequeña caja de artesanía inglesa.

En el mes de Julio aparece una nueva recensión de las novelas de Jane en el Gentleman’s Magazine 88(II), 52-3.

El día 7 de Julio nace la cuarta hija de Frank Austen. Y, atención a los sentimientos del querido hermano de Jane. Bautizan a la niña con los

Catherine Anne Austen Hubback

nombres de Catherine Anne que son, ni más ni menos, que los nombres de las dos heroínas de las novelas postumas de Jane publicadas ese año: Catherine (La Abadía de Northanger) y Anne (Elliot, de Persuasión). Catherine Anne, además, con los años se convertiría en la primera secuelista de las novelas inacabadas de Jane Austen. Lo hizo con la novela Los Watson, y llamó a este libro «La hermana menor» (como Jane). Además, Catherine Anne se convirtió en una de las escritoras inglesas más relevantes de la época victoriana, y acabó en el lejano oeste americano, llevando una vida de película, que habría fascinado a su tía Jane.

No constan referencias de que en este aniversario de la muerte de Jane Austen en su familia se hiciera nada especial. Probablemente, tampoco hacía falta.

El legado de Jane hizo que, hoy, doscientos años después, toda la familia esté presente en nuestras vidas, a través de su memoria.

Y, donde esté, seguro que estará haciendo un buen chiste sobre tod@s nosotr@s… ¡no podía ser menos!

Feliz de haberte conocido, Jane. GRACIAS.

 

Fuente:

Le Faye, Deirdre. Cronología de la Familia Austen. Ed. Cambridge Univ. Press, 2013