Seguimos sumando admiradores de Jane Austen. En esta ocasión, nos encontramos con la agradable sorpresa de Charles Darwin, que apenas tenía seis años cuando falleció la escritora y que, por supuesto, nunca llegaron a conocerse personalmente. Ambos han tenido la conexión de haber sido Jane quien haya sustituído a Charles en el billete de 10 libras esterlinas en 2017.
Lo que sí se sabe es que Charles Darwin fue uno de los primeros «fans» de Jane. Leía sus libros una y otra vez con un interés mucho mayor del que se esperaría teniendo en cuenta de que Jane todavía no era una autora tan famosa como más tarde llegó a ser.
Darwin utilizó los nombres de los personajes de las novelas de Jane como formas de abreviatura en su correspondencia, así como para cierto tipo de bromas dentro de su círculo más íntimo. Así, por ejemplo, el capitán del «Beagle», barco en el que Charles realizó su expedición, era descrito en sus cartas como el «Capitán Wentworth» (Persuasión), si bien su nombre era Robert Fitzroy.
La que fuera su prima y futura esposa, Emma Wedgwood, también se refirió a sí misma en una carta a Charles, como un poco «Lidia» (Bennet – Orgullo y Prejuicio) por haber acudido tan sólo con una amiga a una reunión con oficiales de la marina.
Y el propio Darwin temía que su padre pensara de él que fuera «apenas un marinero de Persuasión, de los que nunca escribía a sus familiares, excepto si tenía algo que pedir».
Las hermanas de Darwin «a menudo se encargaban de leer las cartas a papá (como la Sra. Bates – Emma). Una de ellas quiso que su hermano se llevara para su viaje en el Beagle un ejemplar de Persuasión, pero Darwin lo rechazó «porque se lo sabía de memoria».
Diez años más tarde, en la lista de sus libros leídos, se encontraban Mansfield Park, Juicio y Sentimiento, y La Abadia de Northanger, y aunque decía de ellos que le habían servido como una maravillosa fuente de entretenimiento y placer, también parecía avergonzarse de que se trataran de novelas de ficción, ya que él se movía en un entorno académico y científico. Con un sentido del humor muy austeniano, también declaró que debía haber una ley que prohibiera los libros con finales tristes.
¿Qué tenían ambos en común? Según Peter Graham, en su libro Jane Austen & Charles Darwin apunta a que ambos, siguiendo la tendencia naturalista del siglo, eran agudos observadores de la naturaleza, ya fueran especies exóticas o humanos y sus comportamientos.
Sea como fuera, lo que aquí nos interesa es que Charles Darwin se suma a la lista de apasionados seguidores de Jane Austen, como Rudyard Kipling, Sir Winston Churchill, Sir Walter Scott, Nabokov, José C. Vales, Marlon James, Jesús Hermida, Steven Pinker… y otros un poco menos, como Mark Twain.
Y nosotras que nos congratulamos por ello.
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Fuente:
Murphy, O. (2017). “A Future to Look Forward to?”: Extinction and Evolution in Jane Austen’s Persuasion. Eighteenth-Century Life, 41(2), 154-170.
He visto la última versión de Persuasión con Dakota Johnson, y NO me ha gustado…prefiero la versión de 1995 protagonizada por Ama da Root y Ciarán Hinds, para mi gusto se ajusta mucho más a la idea que quiso plasmar Jane Austen en la novela.
soy Mayra Granados de Guatemala, admiro muchísimo a Jane Austen. ________________________________