AVISO: Voy a hacer todos los spams. Os lo digo, para que podáis elegir seguir leyendo, o esperar a ver la peli.

Os pongo primero el vídeo que he compartido en YouTube, y abajo tenéis la versión escrita con algunos detallitos y enlaces más. ¡Espero que os guste!

Tengo que reconocer que he tardado varios días en ver esta versión de Netflix. Literalmente, no me atrevía. No sabía cuánto iban a sufrir mis propios nervios, o si una bajada de tensión pudiera provocar en mí un desmayo. Así que hice acopio de varios frascos de sales, un abanico, y un paseo previo para poder poner en orden mis sentimientos y pensamientos.

Tenía varias opciones: una, sentarme a ver una adaptación de una novela de Jane Austen. Ya sabía que no, y mi cerebro se negaba con obstinación; la otra, sentarme a ver una película con el nombre de una novela de Jane Austen… y aquí se acababan las coincidencias. Ni qué decir tiene que opté por la segunda opción, a la que mi cerebro parecía no oponerse radicalmente, y mirarla como si de otra cosa se tratara.

Y la he visto.

Realmente, estoy sin palabras. No sé exactamente qué es lo que he visto. Si intento deciros que se trata de una adaptación de una novela de Jane Austen, ya conocéis la repuesta: NO. Si de una novela de época de regencia, tampoco. Así que intentaré ir por partes.

Como dicen que está basada en la novela Persuasión de Jane Austen, más bien diría que se trata de un guion cogido con pinzas, exactamente 4, que son las únicas que encontramos en la novela original:

  • La salida de los Elliot de Kellyn Lynch
  • Le llegada de Wentworth a Uppercross, la casa de la hermana menor de Anne Elliott, donde tontea con Louisa Musgrove
  • El viaje a Lyme a visitar al capitán Harville, amigo de Wentworth, y la famosa caída de Louisa Musgrove del espigón
  • La escena en Bath en la que Wentworth escribe la carta que lee Anne sobre sus sentimientos.

El resto del guion es un relleno incomprensible e inconexo, una sopa en la que se han echado todos los ingredientes a la vez, sin sentido, con algunos extraños añadidos que queremos entender que pretendían darle una originalidad o, como ya han comentado algunos, una “actualización”.

El resultado es una cosa rarísima. Quizás haga más adelante alusión a alguna de las escenas inventadas, aunque, quitando las cuatro pinzas que os he comentado, el resto de la película es pura invención. Escenas que nunca existieron en el libro y sin una conexión fluida. Quizás, en un acto de generosidad o benevolencia para evitaros un pasmo, comentaré alguna de las que han sido para mí muy, pero que muy, chocantes. Los guionistas se han permitido excesivas licencias que la apartan a años luz del libro y, ni qué decir tiene, de Jane Austen no hay ningún rastro por ninguna parte. No está. Por ningún lado.

Si bien a lo largo de la película parece que se pretenden actualizar tópicos, como que las mujeres ya no necesitan protección, o que una mujer pueda contestar a un hombre y no dejarse dominar por su opinión, sin embargo prevalece el topicazo más grande de todos, y que parece estar más activo que nunca en pleno siglo XXI: una mujer soltera a la que parece que se le va pasando la edad de casarse, solamente puede ser un auténtico desastre acompañado por una mascota (un conejo adorable en este caso), que se dedica a la bebida, a descuidar su aspecto, y a reprocharse a sí misma las oportunidades perdidas. Es decir, prevalece la idea de que para que una mujer sea brillante y feliz, mejor casada que soltera. Directamente nauseabundo y, sobre todo, muy, muy rancio y antiguo. Cero actualización.

Y esa Anne dada a la bebida, desastrosa y frustrada, no tiene nada que ver con la Anne Elliot de la novela original, que era, con muchísima diferencia la más sensata de su familia, ordenada y con una cabeza bastante bien puesta encima de los hombros.

A través de toda la película prevalece la idea principal alrededor de la cual se ha construido todo el guion: “no dejes que nadie te diga a quién tienes que amar, ni cómo”.

Tomad nota, porque éste es el quid de la cuestión. Consecuentemente, el hilo conductor es el lamento constante del consejo que le dio Lady Russell de rechazar a Wentworth; al contrario de lo que realmente ocurre en el libro, en el que la propia Anne, al final, una vez que ya los dos saben que van a tener un futuro juntos, le confirma que el consejo que le dio su mentora fue correcto, y que ella lo habría vuelto a seguir de haberse vuelto a producir. Me parece mucha mejor reflexión la que ella hace: El resultado de las decisiones solamente lo vemos a posteriori. De hecho, la sensatez de Anne se demuestra en que, a pesar de que los buenos consejos la hubieran afectado negativamente, al fin y al cabo eran correctos. Lo que la vida trajo después, era puro azar, y no estaba vinculado ni con el consejo ni con la decisión final. Es decir, si Anne hubiese hecho lo que hubiese querido y acepta a Wentworth, igual habría sido un fracaso; al rechazarlo, todavía tenía dos escenarios: que él se hubiese vuelto a enamorar de otra mujer, o el que nos quedaba, de darse una segunda oportunidad con ella. En cualquier caso, puro azar.

Otro recurso utilizado a través de la película ha sido el de ir adelantando y avanzando antes de que tocara los sentimientos, pensamientos y acciones de cada personaje en cada escena. Es decir, la película es toda ella un spam del libro de Jane Austen, para quienes no lo hayan leído. Por ejemplo, Anne pidiéndole a Wentworth en Lyme que fueran amigos, o que no estuviera enfadado con ella; o el primo Elliot diciéndole a Anne cuáles son las intenciones con la Sra. Clay (que, por cierto, a la Sra. Smith se la han ventilado sin miramiento alguno, mientras que en la trama original de Jane Austen es clave); y así, todo el relleno de este extraño guiso.

Otro recurso muy del siglo XXI ha sido el de hacer que Mary, la insoportable hermana menor de Anne, es quien se conoce todos los tópicos de los libros de autoayuda, que lógicamente no le sirven para nada pues nadie la soporta, y que además no tiene absolutamente ninguna intención de poner en práctica, excepto para manipular a todos los que la rodean. ¿Os suena?: victimismo, yoísmo, y un egoísmo sin límites disfrazado de dulce inutilidad.

ESCENAS CHOCANTES

No sé si os ha dado tiempo a fijaros, que en la carta que escribe Mary a su hermana para que vaya a Uppercross cuando la familia se muda a Bath, firma ¡con un emoticono triste! Primer frasco de sales al canto.

Anne jugando con los niños, se cae al suelo (en Uppercross) y aparece Wentworth, y Anne le pide que no esté enfadado con ella. Otra conversación entre ambos completamente chocante se produce en Lyme, en la playa, en la que oficialmente quedan como amigos. Esta conversación es completamente absurda para Persuasión. Cae el segundo frasco de sales que tengo a mano. Y, cuando todavía no me he recuperado, tenemos baño en el mar incluido. Aquí quien se moja es la protagonista, emulando sin duda al Darcy en Orgullo y Prejuicio 1995, por cierto, escena completamente inventada por los guionistas; y al Darcy de 2005 que copió al del 95, tanto fue el éxito de dicho remojo. Por lo tanto, parece que teníamos que echar a alguien al agua y hacerlo con Wentworth habría sido un déjà vû. Así que, en otro arrebato de originalidad, y con el mérito de ser la primera heroína Austen en remojo, meten a Anne en el mar, para que sin duda sirva de precedente. Seguro que crea escuela para las siguientes versiones.

Otra escena muy, muy chocante, es el Picnic con la Sra. Russell, en el que ésta le pide perdón a Anne. No tengo palabras para describir lo absurdo de la situación.

El tercer frasco de sales cayó entero y de un trago cuando Anne escucha la conversación entre Wentworth y Louisa cuando va a hacer pis detrás de un árbol y está haciendo el gesto de bajarse las bragas. Algo que no llega a consumarse ante la estupefacción del contenido de la conversación. ¿Hay algo más opuesto al espíritu Austen? A los guionistas se les ha pasado por alto que Austen no rima ni con vulgaridad ni con ironías ofensivas. Habrá que enviarles a hacer un curso en Oxford o Cambridge antes de que acometan otra versión.

Ya con el abanico en mano, veo la escena en la que William Elliot le pide en matrimonio a  Anne en el concierto en Bath (la cabeza ya me daba demasiadas vueltas), y al poco, la preciosísima escena en la que Frederick escribe la carta de “You pierce my soul… I am half agony, half hope….”. Se la cargan entera. Ésta ya me pilló con los ojos en blanco. Yo sí que era en ese momento half agony, no me salía la voz; y half hope, mirando al reloj a ver cuántos minutos quedaban para que terminara ya.

HEY, LO QUE ME HA GUSTADO

Venga, va,… no vamos a ser tan rematadamente perversas y maléficas.

Anne hablando a la cámara está bien, pues es uno de los recursos que precisamente introdujo Jane Austen, de hablar en modo narrativo, más dirigido al lector que a la propia obra.

Dakota Johnson me ha gustado mucho, me parece muy bien. Definitivamente no como Anne Elliot, sino como lo que quiera que haya sido en esta película. Una pena no haberla utilizado para una versión de las realmente buenas.

Louisa es absolutamente adorable

Me gusta mucho la idea del crisol de razas. Jane nos hace soñar a todos, en todos los países y culturas, y refleja un mundo más actual. De esta versión, me habría quedado sin dudarlo con William Elliot (Henry Golding), o con Charles Musgrove (Cristian Olvera). Guapos a rabiar.

Si partimos de las dos ideas originales que parecen haber inspirado este guion, a saber: 1- no dejes que nadie te diga a quién tienes que amar, y 2- introducir toda la variabilidad étnica mundial en el casting, entonces era imposible hacer una adaptación rigurosa de la novela de Jane Austen (“pensaron para sí los guionistas”, digo). Así que, “dejemos volar la imaginación y la invención” (siguieron pensando).

Dicho esto, yo creo que la idea racial le habría gustado mucho a Jane, ya que ella misma estaba a favor de la abolición de la esclavitud, y ya en la época de regencia comenzó a haber actores y actrices negras, de las que ya os hablé en esta entrada. Pero para un libro que no fuera el de ella.

La película se ve bien en una tarde de entretenimiento, siempre que no se pretenda ver nada de nada relacionado con Jane Austen.

Y, tengo la sensación de que a nuevas generaciones les gustará. Eso sí, que se lean luego los libros originales, y que descubran a la Jane Austen original, que esperemos que les fascine tanto como a nosotras.

¿Era necesaria esta versión? Yo diría que NO, pero después de ver que otras versiones como la de Orgullo y Prejuicio 2005, supusieron otra avalancha nueva de lectoras y fans de Jane…. Chi lo sa?

Como decía la propia Anne Elliot, la de verdad, sólo sabremos si la decisión fue buena, cuando veamos las consecuencias.

Yo, por si acaso, siempre tengo las sales a mano.

AVISO PARA FUTUROS VERSIONISTAS DE NOVELAS DE JANE AUSTEN: Atrévanse Vds., por favor, con Shakespeare, Oscar Wilde, Tolstoi, Nabokov o Mark Twain para hacer bodrios variados. ¿Qué tienen bigote? ¡Vaya por Dios! Pero estamos en el siglo XXI, y ya se puede amancillar sin importar el género. Jane Austen no era una mujer fácil. No caigan Vds. a estas alturas en la tentación de pensar que pueden hacer algo que lejanamente se le parezca, simplemente porque escribía sobre temas cotidianos y porque era mujer. Jane Austen no es fácil, y Vds. lo saben. Por su propio bien, dejen de convertirse en el chicle de la suela del zapato de Jane Austen. Vds. no pasarán a la historia ni aportarán genialidad a la humanidad.