Hoy celebramos el aniversario del nacimiento del padre de Jane Austen, el Reverendo George Austen, que vino al mundo allá por 1731, hace la friolera de 281 años.
![george austen](https://hablandodejaneausten.com/wp-content/uploads/2012/04/george-austen.jpg?w=209&h=241)
El Reverendo Austen no tuvo una vida fácil, pero me atrevería a decir que supo sacar lo mejor de ella. Cuando tenía 9 años fallecieron sus padres, de los que no heredó nada. Menos mal que su tío Francis estuvo al quite y, a pesar de tener sus propios hijos, hizo provisiones para sus sobrinos huérfanos (George y su hermana Philadelphia, madre de Eliza de Feuillide, que más adelante sería la mujer de Henry. Para saber más, hacer click aquí). El pequeño George se aplicó con los libros y consiguió una beca para estudiar en Oxford. Allí, el joven formal, estudioso y guapo hasta su muerte (según todos los testimonios), conoció a Cassandra Leigh, una chica alegre y muy irónica, a la que siguió hasta Bath, donde por fin consiguió casarse con ella un 26 de Abril de 1764, en la Iglesia de St. Swithin, tras un noviazgo de tres años.
En ese año 1764 consiguió las vicarías de Deane, que su tío Francis compró para él, y la de Steventon. Esto le permitió tener unos ingresos de unas 210 libras al año, más algunos beneficios de sus tierras y ganado. Pero definitivamente no era suficiente para mantener a sus ocho hijos, por lo que tuvieron que acoger a los de familias adineradas para tutorizarles académicamente, y así obtener ingresos extras para su familia. Os remito a otra entrada en la que hablábamos de la situación económica del padre de Jane cuando ésta era una niña (hacer click aquí)
Cuando Jane nació, anunció así la llegada de su nueva hija a una de sus cuñadas:
“Tenemos a otra niña, un regalo con que jugar para Cassy y su futura compañera. Se llamará Jenny, y me parece que será para Henry lo que Cassy es para Neddy.”
Fue él quien animó a sus hijas a leer de su extensa biblioteca, y confiaba plenamente en los méritos de su hija Jane, pues puso un interés especial en que sus libros fueran publicados, especialmente «Orgullo y Prejuicio», y para ello escribió en Noviembre de 1797 una carta a los editores Caddell y Davies. Aunque fue rechazada, la familia siguió confiando en el talento de Jane, y no pararon hasta que consiguieron que su obra fuera leída por un público más amplio que su propia familia y vecindario.
La relación con su mujer fue apacible, divertida y muy complementaria. 41 años de matrimonio así lo avalan, a pesar de los achaques de su esposa, que a veces nos hacen recordar a la Sra. Bennett. Pero la lectura, la música, el teatro, el sentido del humor, el sentido común y una educación centrada en el ser humano cimentaron las relaciones entre todos los miembros de la familia, que se apoyaban en todas las circunstancias a lo largo de la vida.
Se marchó como quizás un hombre de su categoría humana merecía. Rápidamente, tras tan sólo dos días de achaques, que incluso parecieron ser pasajeros y que en un giro imprevisto se lo llevaron casi por sorpresa (como ya hemos visto en las cartas de Jane que vamos leyendo en este blog, aquí y aquí)
Dice el refrán que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer. Algún chiste irónico dice que detrás de una gran mujer hay un vacío enorme. Pero NO es éste el caso. Jane es la prueba de que, detrás de una extraordinaria mujer, había un hombre inmenso, y una familia admirable.
Fuentes:
http://janeaustencastellano.wordpress.com/biografia/
http://labrocca.com/ja/mja-ch01.html
http://becomingjane.blogspot.com/2007/10/short-biography-of-mr-george-austen.html
http://janitesonthejames.blogspot.com/2007/06/jane-austens-father.html
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