Jane sigue en Godmersham. Desde luego, la vida allí no tiene nada que ver con lo que nos tenía acostumbradas en sus cartas anteriores, especialmente las de Bath. A Jane le gusta estar en familia, y el ambiente de Godmersham. Es consciente de que el dinero no da la felicidad pero, desde luego, ayuda bastante. A pesar de haberse quedado solteras, la crianza de sus sobrinos, especialmente desde que Edward se quedó viudo, les hizo vivir de alguna manera las ventajas de no estar casadas, y las ventajas de ser madres. No parece que Jane echara de menos ni una cosa ni la otra. 

Se trasluce que la convivencia en la familia Austen, gracias a la buena educación recibida de sus padres, resultaba muy agradable. En seguida se detecta su sensibilidad para percibir cuándo personas ajenas a su pequeño universo mostraban pequeños defectos de carácter que precisamente podían hacer que el día a día resultara insufrible. Esa fue la ventaja de Jane.

Con esta carta, vemos algo más de la vida tranquila, disipada, social y acogedora que se vivía en Godmersham.

Por cierto, cuando se mencione el Inmanismo, se refiere a la costumbre de ir a visitar a la anciana mujer del reverendo de Godmersham y llevarla fruta, y pasear con ella.

Carta de Jane a Cassandra  (Jane tenía 32 años)

Lunes 20-Miércoles 22 de Junio de 1808

De Godmersham a Southampton.

Mi querida Cassandra:

Te hablaré en primer lugar de mi visita a Canterbury, ya que la carta de la Sra. J.A. a Anna no puede haberte dado todos los detalles de la misma, y que estoy segura de que estás deseando conocer. Fui objeto de una calurosa bienvenida por parte de Harriot y me alegró mucho verla casi tan bien como siempre. Me acompañó a ver a la Sra. Brydges, cuando Elizabeth y Louisa fueron a ver a la Sra. Milles. La Sra. Brydges se estaba vistiendo y no pudo vernos, por lo que nos fuimos a White Friars, donde la Sra. K. estaba sola en el salón, tan gentil, amable y amistosa como siempre. Preguntó por todos, especialmente por mi madre y por ti. Estuvimos con ella un cuarto de hora antes de que Eliza y Louisa llegaran acaloradas de la tienda de la Sra. Baskerville. En seguida llegó el carruaje y cinco minutos más tarde apareció el mismísimo Sr. Moore, que acababa de volver de su habitual paseo matinal a caballo. Bien, ¿y qué es lo que pienso del Sr. Moore? No puedo pretender con un solo encuentro que me disguste, independientemente de lo que Mary diga; pero puedo asegurarte con toda sinceridad que no ví nada en él digno de mi admiración. Sus modales, como tu siempre has dicho, son caballerosos, pero no resulta encantador. En una ocasión preguntó formalmente por ti. Vi a su niña pequeña, que es realmente muy pequeña y muy linda. Sus rasgos son tan delicados como los de Mary Jane (la hija de Frank), con unos preciosos ojos oscuros, y si tuviera el tono de piel de Mary Jane, sería bastante completa. El cariño de Harriot por ella entra dentro de lo amable y natural, sin resultar estúpido. También ví a Caroline, y me pareció muy poco atractiva.

Los planes de Edward para Hampshire no han variado. Tan sólo los ha mejorado, con las amables intenciones de llevarme hasta Southampton, y pasar un día completo contigo; y si se considera oportuno, Edward Junior será añadido al grupo para ese mismo día, que finalmente será el domingo 10 de Julio. Espero que tengas camas para ellos. Comenzaremos nuestro viaje el día 8 y llegaremos tarde el día 9.

Esta mañana me ha llegado una carta de la Sra. Knight, con los «honorarios» y la amabilidad habituales. Me ha pedido que pase un día o dos con ella esta semana, y así poder conocer a la Sra. C. Kantchbulll, que viene con su marido a visitar hou a los Friar. Y creo que asistiré. Lo he consultado con Edward y creo que vamos a arreglarlo para que la Sra. J.A. venga conmigo una mañana, después yo me quedo a dormir, y Edward vendrá a recogerme la tarde siguiente. Su atento detalle (los “honorarios”) hará que mis circunstancias sean de lo más cómodas. Guardaré la mitad para mi pelliza.

Espero que, al volver tan pronto, pueda ver a Catherine y a Alethea, y te propongo que, con o sin ellas, tu, Martha y yo tengamos una quincena acomodada mientras mi madre está en Steventon.

Aquí estamos todos muy bien. Mary cree que los niños son menos molestos de lo que esperaba e,

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independientemente de ellos, realmente no hay mucho más que ponga a prueba la paciencia o hiera el Espíritu de Godmersham. Ayer la inicié en los misterios de Inmanismo. La pobre mujer está tan delgada y alegre como siempre, y muy agradecida por su nueva relación. Fui a visitarla previamente con Elizabeth y Louisa.

Me ha parecido que John Bridges se ha puesto muy viejo y moreno, pero sus modales no han cambiado. Es muy agradable y habla de Hampshire con mucha admiración.

Te ruego le transmitas a Anna el placer de saber que es recordada por su amabilidad tanto por la Sra. Cooke como la Srta. Sharpe. Sus modales han debido de verse bastante denostados por la descripción que hiciste de ellos, pero espero que mejoren tras esta visita.

La Sra. Knight termina su carta con un “Dale mis mejores recuerdos a Cassandra cuando la escribas”. Tengo muchas ganas de pasar un día entero en White Friars.

Esta mañana hemos desayunado por primera vez en la biblioteca, y casi todos se han pasado el día quejándose del calor. Pero Louisa y yo tenemos los mismos sentimientos respecto al tiempo, y estamos frescas y cómodas.

Miércoles.-

Los Moore vinieron ayer en su carruaje entre la una y las dos, e inmediatamente después del tentempié que siguió a su llegada, salieron todos hacia Buckwell a ver el fango del estanque. El Sr. Moore, James, Edward y James-Edward fueron

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a caballo, y john Bridges llevó a Mary en su carreta. El resto nos quedamos cómoda y tranquilamente en casa. Tuvimos una cena muy agradable, al menos en una de las esquinas de la mesa. La diversión estaba entre Edward, Louisa, Harriot y yo. El Sr. Moore no habló tanto como yo esperaba y, por lo que Fanny me dio a entender, no he visto nada de cómo suele ser él normalmente. El hecho de que fueramos extraños hizo que estuviera más silencioso y recogido. Si no hubiera tenido motivos para observar lo que hacía y decía, apenas habría reparado en su presencia. Los modales hacia ella están vacíos de ternura, y finalmente se mostró muy contrariado ante la imposibilidad de que ella fuese a Eastwell. Sin embargo, no veo en ella ninguna tristeza y, por lo que respecta a su bondad, etc., nada ha cambiado.

Mary se desilusionó respecto a su belleza, y él le pareció muy desagradable; James la admira a ella y cree que él es una persona agradable y con quien se puede conversar. Envié a través de ellos mi respuesta a la Sra. Knight, con mi doble aceptación de su nota y de su invitación, que realmente no me costó ningún esfuerzo redactar, ya que ahora soy rica, y los ricos son siempre respetables, cualquiera que sea su estilo de escritura.

Mañana voy a cenar con Harriot. Es uno de los días de revisión, y el Sr. M. cena con el deán, que acaba de venir a Canterbury. El martes va a haber una reunión familiar en la casa de la Sra. C. Milles. Lady Bridges y Louisa de Goodnestone, los Moore y por nuestra parte iremos Elizabeth, John Bridges y yo. Me gustará ver de nuevo a Lady B. Ahora se encuentra muy bien. Louisa vuelve a casa el viernes, acompañada de John, quien regresa al día siguiente. Estos son nuestros compromisos; interpreta de ellos todo lo que quieras.

Ha fallecido el Sr. Waller, aunque no puedo lamentarlo ni probablemente tampoco su viuda.

Edward ha empezado la siega el sábado, y creo que va a tener un tiempo inmejorable. La cosecha es muy buena. Últimamente ha habido muchos resfriados y dolores de garganta en esta casa. Casi todos los niños han estado malos, y temimos que Lizzy se pusiera realmente enferma uno de los días. Tenía manchitas y bastante fiebre. Sin embargo, ya se ha pasado y ahora están todos bastante bien.

Tengo ganas de tener noticias de tu recolección de fresas, pues aquí ya las hemos comido en tras ocasiones. Supongo que te has visto obligada a tener algo de vino blanco, y que has tenido que visitar la despensa con más frecuencia que cuando estamos solas.

Ya estamos esperando que llegue el St. Albans en cualquier momento, y espero que lo haga antes de que Henry se vaya a Cheltenham, pues le vendrá mucho mejor. Se alegraria mucho si Frank pudiera ir con él a Londres, ya que su propio

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tiempo parece que va a ser extremadamente precioso, aunque no dependa de ello. No me olvidaré de Charles la semana que viene.

Había escrito muchísimo antes del desayuno, y ahora he tenido la agradable sorpresa de recibir otra carta tuya. No tenía la más mínima expectativa de que me llegase nada antes de mañana, ni de tener noticias sobre si Russell había sido capaz de cruzar las ventanas sin ningún tipo de ansiedad.

Eres muy amable y muy lista por escribir cartas tan largas. Cada una de tus páginas tiene más líneas que las mías, y cada línea más palabras que cualquiera que yo escriba. Me siento avergonzada, pero ahora tienes menos actividades que nosotros. El Sr. Lyford te proporciona bastante material interesante (material intelectual, no físico), pero no tengo nada que decir del Sr. Scudamore. Y ahora, he hecho un intento tan estúpido y triste de ser ingeniosa respecto al material, que no creo que nadie pueda reirse con ello, y me siento descorazonada. Estoy harta de mi misma y de mis pobres escrituras. Sin embargo, no tengo ninguna otra queja, y mi languidez ha desaparecido completamente.

¿Tendría que estar encantada con Marmion? De momento, no lo estoy. James lo lee en alto por las tardes. Unas tardes cortas, que empiezan sobre las 10 y se terminan para cenar.

¡Qué felices la Sra. Harrison y la Srta. Austen! Parece que la estás visitando siempre. Me alegro de que tus cumplidos hayan dado tan buen resultado, y te deseo de todo corazón éxito y entretenimiento en tus compromisos actuales. Esta noche me acordaré de ti en Netley, y mañana también, pues estoy muy segura de que tengo razón. Por lo tanto, me atrevo a adivinar que no irás a Netley.

La historia que me cuentas de la Sra. Powlett es muy triste. No habría sospechada nada sobre ella en ese sentido. Creo que recibió el Sacramento el mismo día que lo hicimos tu y yo. En el correo de ayer había indicios con sus iniciales.  El Sr. Moore supuso que era de Lord Sackville, pues creía que no había otro Vizconde S. entre la nobleza, y de hecho fue así, pues Lord Vizconde Seymour no estaba allí.

Sí, estoy disfrutando mucho de mi habitación, y paso todos los días dos o tres horas en él antes del desayuno. El cambio de Brompton Quarters a estos se nota sobre todo en el espacio. A menudo me sorprendo yendo a la habitación de la entrada. La pequeña Caroline no resulta nada atractiva entre sus primos, y aunque no es tan cabezota ni tan graciosa como ellos, no creo que sea más simpática que el resto. Su hermano va a venir mañana con nosotros a Canterbury, y Fanny completa el grupo. Supongo que la Sra. K. tiene menos interés en esa rama de la familia que en cualquier otra. Sin embargo, me atrevo a decir que hará lo que corresponde, por el niño. Su tio Edward le dice muchas tonterías deliciosas, más de las que pueda entender. Los dos Morris van a venir a cenar y a pasar el día con él.

Mary desea que mi madre compre lo que crea necesario para las mudas de Anna, y espera verla pronto en Steventon después del 9 de Julio, si a mi madre le viene bien esa fecha o cualquier otra. Apenas he hecho justicia con lo que quiere decir realmente sobre el asunto, pues su intención es que mi madre vaya en cualquier momento que le venga mejor. Ellos estarán en casa el 9.

Todas las mañanas tengo visitas de Crondale, y el Sr. y la Sra. Filmer acaban de hacerme la suya. El y yo estuvimos hablando alegremente sobre Southampton, los Harrison, los Waller, etc. Fanny te envía todo su amor, a ti y a todos, y escribirá muy pronto a Anna. Tuya con todo mi afecto.

P.D. Quiero noticias del Paragon. Casi lamento que la casa de Rose Hill haya estado tan a punto de ajustarse a nuestras necesidades, como que no lo haya hecho.

Nota: la traducción la ha realizado la autora del blog, no con objeto literario, sino por el contenido del estado físico y/o anímico de Jane Austen, por lo que es susceptible de mejoras en el estilo, la interpretación o la traducción de algunos términos.

Fuente: Le Faye, D. (1995), Jane Austen’s Letters, Ed. Oxford University Press