Ya os hablé en su día de la feromona a la que se le había bautizado oficial y científicamente como darcina, haciendo honor al personaje de Darcy de Orgullo y Prejuicio. Es absolutamente verídico (Universidad de Liverpool) y podéis leer la entrada AQUÍ.
Luego oímos cómo en el mundo de las matemáticas y la economía se analizó la obra de Austen desde la estrategia de la Teoría del Juego (Universidad de California UCLA). Si también os la perdísteis, podéis leerla AQUÍ.
También vimos cómo se utilizó su obra para analizar los efectos neuronales de la lectura de literatura clásica (Universidad de Stanford). Podéis leerla AQUÍ.
Ahora quería hablaros de lo que se ha denominado el «Problema de Jane Austen» y tiene que ver con la información que se obtiene de los besos. Para los que nos movemos en este mundo, sabemos que besar no es solamente una caricia placentera (permitidme que os remita a una entrada que hice hace tiempo en mi blog de psicología sobre «Los Mensajes de los Besos», y así ya tenéis la información en español). Una vez que lo hayáis leído, os explico lo que los investigadores Rafael Wlodarski y Robin Dunbar de la Universidad de Oxford, han denominado el «Problema de Jane Austen» (tal y como aparece en el International Business Times)
Dado que una de las informaciones que se transmite químicamente es la de la compatibilidad sexual y selección de potenciales progenitores, parece ser que las mujeres dan más importancia al acto de besarse que los hombres ya que han de invertir más tiempo en la crianza, y de esta manera pueden ser más selectivas.
El Problema Jane Austen consiste en lo siguiente: ¿Cuánto tiempo hay que esperar a que aparezca el Sr. Darcy teniendo en cuenta que no se puede estar esperando toda la eternidad y que puede haber muchas más mujeres esperando a la misma persona?¿Hasta qué punto hay que pasar por vicaría?
«De lo que se dio cuenta Jane Austen», dicen los investigadores, «es que la gente es bastante buena en determinar su posicionamiento en el mercado del emparejamiento, y deciden de una forma muy coherente. Depende de qué cartas te hayan tocado en la partida. Si son buenas, uno se puede permitir ser algo más exigente».
O sea, que la cuestión es: ¿se espera a un Mr. Darcy o se es más realista con las propias posibilidades? Bueno, pues si los investigadores han querido meter a Jane Austen en el ajo, qué mejores besos que éstos…












etc, etc, etc….
¡Besos insuperables!
Fuentes:
2.- http://milacahue.com/2011/06/08/452/
Pero, qué lindo!!!!!!!!!!!!!! ver todos esos besos juntos!!!!!!!!!!!! ahhhhh…..
Luego, leo el enlace!
Aún sin haberlo leído, me pregunto: ¿Jane -en su vida real- se quedó esperando inútilmente su Mr. Darcy? ¿No jugó bien sus cartas, hablando desde un punto de vista darwinista? ¿Tenía demasiada expectativa sobre el amor (y auto-estima) y se quedó por eso esperando la carroza? Porque si todas las mujeres hicieran lo mismo, se extinguiría la especie humana! Convengamos que ella no aplicó en su vida el criterio racional que sí usó con Charlotte Lucas… Es obvio que una mujer tan inteligente necesitaba al lado a un Mr Darcy como compañero (o símil), pero siendo que la probabilidad de encontrarlo no era (ni es) demasiado alta, especialmente en un reducido ámbito rural como en el que ella se movía, sumado a que en esa época las mujeres «envejecían» más rápido, no sé si usó apropiadamente su racionalidad… O si en el fondo no fue una romántica!
Qué opinás???
Que tienes razón. Por eso siempre defiendo el matrimonio de Charlotte Lucas, porque se complementaban muy bien ella y Collins. ¿Qué hizo Jane? Creo que jugó al filo o, como decimos por aquí, echó un buen órdago a su situación. Por un lado, creció en un entorno en el que sus padres no obligaron a ninguno de sus hijos a casarse por conveniencia. Está claro que todo lo que nos transmite Jane en sus obras es porque en su casa se defendían los matrimonios por amor: sus padres estaban muy enamorados; sus hermanos, tanto James, como Edward, Henry, Frank y Charles se casaron por amor y tuvieron matrimonios felices. Las hermanas no podían ser menos, y fueron conscientes de que no tuvieron esa oportunidad.
Jane se arriesgó en la medida en la que apostó por sus libros. Su padre hizo una primera intentona cuando ella era todavia muy joven, aunque fue un intento frustrado. Pero ella debía de intuir que podría ganarse su dinero con su escritura. Afortunadamente, Henry tomó años más tarde el relevo de su padre. Por otro, la situación económica de la madre, aunque no era holgada las permitía vivir; lo que les dejó el padre; la holgada situación de Henry; y que entre todos los hermanos contribuían al sustento de las tres mujeres sin hacer un esfuerzo descomunal, le permitió a Jane jugárselo todo prácticamente a una carta: sus libros. Casi a sabiendas de que no iba a encontrar un hombre a su gusto.
Esa es mi opinión.
Sí, estoy de acuerdo… Se «casó» con la literatura porque se pudo dar el lujo de hacerlo por toda la situación de contexto que comentás, y que no era lo común para el resto de las mujeres de su época. Ella no fue evidentemente una mujer «común», pero pudo retratar la situación de la mujer común (como Charlotte) o la de la heroína (como Lizzy), papel que posiblemente fue al que aspiró (aunque sea secretamente).
Siempre tenemos que mirar el contexto de las personas para comprender sus decisiones. De no haber estado «cubierta» por su familia, moral, emocional y económicamente, a pesar de las estrecheces, no habría podido arriesgar tanto. De todas formas, es admirable que no tuvo ambición por lo material, sino que persiguió lo que le pedía lo más íntimo de su ser, y eso sí que es de admirar. De haber querido ser «señora de», podría haberlo sido perfectamente. Así, que, ole por ella!!