Eliza ha celebrado su famosa fiesta. Nada que ver con las reuniones en casa de su  hermano Edward, y mucho que ver con lo que estamos acostumbrados, incluso en nuestros días, en las grandes ciudades. Un éxito, no esperábamos menos de Eliza, con su «savoir faire».

Jane se lo pasó en grande.Pero también con las reuniones sociales, y especialmente con las obras de teatro. En esta carta

Sarah Siddons

hace mención a su desilusión por no haber podido asistir a la representación que daba Sarah Siddons, una de sus actrices favoritas, y sobre la que ya escribimos una entrada hace tiempo (ver aquí y aquí).

Por estas fechas, el 21 de Abril, nació el segundo hijo varón de Frank (Henry) tercero de sus vástagos. Que, por cierto, hace un chistecito de lo más… ¿zombie?¿macabro?… dejémoslo en humor negro. Y Jane menciona también al final a su pequeña ahijada, Louisa Austen Knight, hija de su hermano Edward.

Veréis también en la carta un pequeño juego de palabras que tenía Jane con su sobrina Fanny, que consistía en poner una «P» al principio de cada palabra. Así, por ejemplo, si entre ellas se dijeran «Popa pel parpa pen ponor pa Praguela», estarían diciendo «Toca el arpa en honor a Braguela» -que de hecho es la frase que está en la carta, en inglés-.

Ya sabemos por las cartas de las visitas de Jane a Bath que, a pesar de ser amante de las manifestaciones musicales, no lo era tanto del ruido de las orquestas, especialmente si estaban muy cerca. Y en esta ocasión, la vemos cómo, con la excusa del calor, se aleja discretamente de los músicos para colocarse en un lugar más fresco, menos ruidoso, y con mejor visibilidad para distinguir a los invitados que iban llegando.

Menciona también a nuestro Felipe V de España, nieto de Luis XIV, lo que no sé muy bien es a qué se refiere con la frase: si es que le gusta, si es que como se trata de una miniatura le parece bien, o que ella podría haber podido dibujarlo… en fin, si alguien puede aportar algo de conocimiento al respecto, sería muy bienvenido.

Y sí, Jane nos habla de «su bebé»: S&S. No era de extrañar. Digamos que estaba todavía «gestándose» su publicación, pero ya con la certeza de que iba a ver la luz. Aunque esperaban que el «nacimiento» ocurriera en Mayo o Junio de 1812 (hace ahora doscientos años), al final las cuentas salieron mal: fue, con gran alegría para todos (austenitas incluidas) el 30 de Octubre de 1811.

Después de haber ido leyendo sus cartas, yo tengo la impresión de que, aparte de los felices años de su niñez alborotada en Steventon, estos debieron de ser los mejores años de su vida

Carta de Jane a Cassandra  (Jane tenía 35 años)

Jueves 25 de Abril de 1811

De Londres (Sloane St.) a Godmersham

Mi querida Cassandra:

Puedo devolverte el cumplido agradeciéndote por la inesperada alegría de tu carta de ayer. Y como me gustan las agradables sorpresas inesperadas, me hizo muy feliz. Y, de hecho, no necesitas disculparte en absoluto por tu carta, pues está muy bien, pero espero que no tan bien como para que tengas que escribirla de nuevo, o algo por el estilo.

Creo que Edward no tendrá que sufrir mucho más por el calor; por el aspecto de esta mañana sospecho que el tiempo va

regency-archives.blogspot.com

a ir evolucionando a la balsámica temperatura del noreste. Aquí ha hecho mucho calor, tal y como puedes suponer, pues ha sido igual que por allí, pero no lo he padecido en absoluto, ni lo he sufrido hasta el punto de obligarme imaginar cómo se estaría en el campo. Todo el mundo ha estado hablando del calor, pero yo solamente he prestado atención al de Londres.

Tengo que felicitarte por nuestro nuevo sobrino (Henry, segundo hijo varón de Frank, el 21 de Abril de 1811), y espero que si algún día lo ahorcan, esto no ocurra hasta que seamos demasiado mayores como para que nos afecte. Es muy reconfortante que haya venido tan rápido y bien. Las Srtas. Curling han debido de estar trabajando duro escribiendo tantas cartas, pero la novedad puede ser algo recomendable para ellas. La mía llegó de parte de la Srta. Eliza, y dice que mi hermano Frank quizás llegue hoy.

Y no, de hecho nunca estoy demasiado ocupada para poder seguir pensando en S&S. No puedo olvidarlo, al igual que una

S&S. Primera Edición

madre no puede dejar de pensar en su bebé. Y te agradezco que me preguntes por él. He tenido que corregir dos páginas, pero la última nos trae a la primera aparición de Willoughby. La Sra. Knight lamenta de la forma más halagadora que tenga que esperar hasta Mayo, pero yo tengo alguna esperanza de que salga en Junio. Henry no lo está dejando de lado. Está metiéndole prisa al editor, y dice que volverá a verle hoy. Y el asunto no quedará paralizado en su ausencia, pues será enviado a Eliza. 

Los ingresos son los mismos que al principio, pero veré si puedo cambiarlo. Estoy muy contenta por el interés de la Sra. Knight. E, independientemente de lo que ocurra respecto a la confianza que tenga en mi, deseo sinceramente que su curiosidad se vea satisfecha antes de lo que parece probable por el momento. Creo que le gustará mi Elinor, pero no puedo suponer nada más.

Nuestra fiesta fue de maravilla. Hubo muchas solicitudes, alarmas y disgustos previos, claro, pero al final todo salió muy bien. Las salas estaban adornadas con flores, etc., y estaban muy bonitas. Se pidió prestado un cristal grueso para la mesa, al mismo hombre que está haciendo los suyos propios. El Sr. Egerton y el Sr. Walter vinieron a las cinco y media, y así comenzaron los festejos con la presencia de un par de almas muy refinadas.

Sí, he dicho el Sr. Walter, pues había postpuesto adrede su partida de Londres. Al principio no me agradó la idea ni cómo surgió, pues fue a propósito de la visita del domingo, y por el hecho de que Henry le pidiera hacer la cena familiar en ese día. Pero ahora ya se ha suavizado todo, y ella está muy contenta.

Los músicos llegaron a las siete y media en dos carruajes de alquiler. A las ocho empezaron a llegar el resto de los asistentes. Entre los primeros estaban George y Mary Cooke, y pasé gran parte de la velada con ellos. La temperatura

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de la sala aumentó más allá de lo deseado, así que nos fuimos al pasillo, que estaba algo más fresco, lo que nos dio la ventaja de tener la música a una distancia tolerable, y también la de tener una mejor primera vista de la llegada de cada invitado.

Estuve rodeada de bastantes conocidos, especialmente caballeros; con la presencia del Sr. Hampson, el Sr. Seymour, el Sr. W. Knatchbull, el Sr. Guillemard, el Sr. Cure, un tal Capitán Simpson, hermano de “el” Capitán Simpson, además del Sr. Walter y el Sr. Egerton, los Cooke, la Srta. Beckford y la Srta. Middleton. Tuve entre manos más que suficiente.

La pobre Srta. B. ha estado padeciendo de nuevo con su malestar de antaño, y está más delgada que nunca. Va a ir seguramente a Cheltenham a principios de Junio. Evidentemente, desplegamos con ella toda nuestra cordialidad y alegría. La Srta. M. parece estar muy feliz, pero no es lo suficientemente guapa como para lucirse en Londres.

Contando con todos los presentes éramos sesenta y seis, que era mucho más de lo que Eliza esperaba, y más que suficiente para llenar el salón posterior, y permitir que algunos de disiparan por la otra sala y por el pasillo.

La música fue buenísima. Empezó (díselo a Fanny) con “Prike pe Parp pin praise pof Pragela” (Strike de

cdrochester.org

Harp in praise of Bragela”). De las otras canciones que puedo acordarme: “In peace love tunes”, “Rosabelle”, “The red cross Knight” y “Poor insect”. Entre las canciones hubo sesiones de arpa, y de arpa con pianoforte juntos. El arpista era Wiepart, que creo que es famoso, aunque nuevo para mí. Había una mujer cantante, una bajita Srta. Davis vestida toda de azul, dirigiéndose al público, y de quien se dice que tiene una voz muy bonita. Todos los actores proporcionaron bastante satisfacción empleándose en el cometido para el que se les había pagado, sin darse ningún tipo de aires.

La casa no quedó vacía hasta las doce. Si deseas saber algo más, tendrás que preguntarme, aunque creo que he sido más generosa que parca sobre el asunto.

El tal Capitán Simpson nos dijo, con el permiso de otro Capitán que acababa de llegar de Halifax, que Charles estaba trayendo de regreso al Cleopatra, y que en estos momentos ya debía de estar en el Canal, pero como el Capitán Simpson estaba algo pasado de alcohol, no tenemos que darle mucha credibilidad. Aunque lógicamente ha creado ciertas expectativas, y por eso voy a evitar escribirle por el momento. Espero que no llegue a Inglaterra antes de que yo esté de vuelta en casa, y el grupo de Steventon se haya ido.

Tanto mi madre como Martha escriben con mucha satisfacción sobre el comportamiento de Anna. Es bastante “Anna” con variaciones, pero no puede haber alcanzado todavía su máxima expresión, pues uno siempre está prosperando y exhibiéndose; digamos que está entre las fases tercera y cuarta, que normalmente suelen ser muy sencillas y bonitas.

Tus lilas tienen hojas, pero las nuestras ya han florecido. También han brotado los castaños y los olmos están a punto de hacerlo.

Lilas, la flor favorita de Jane
whimfield.com

El domingo, Henry y yo dimos un paseo muy agradable por los jardines de Kensington, junto con el Sr. Smith y el Sr. Tilson. Estaba todo precioso y lleno de frescura.

El sábado fuimos al teatro después de todo, al Liceo, y vimos “El Hipócrita”, una obra antigua basada en el Tartufo de Molière, y nos lo pasamos muy bien. Los actores Dowton y Mathews estuvieron excelentes. La Sra. Edwin era la heroína, y su actuación fue tan buena como de costumbre. No voy a tener la oportunidad de ver a la Sra. Siddons. Ella actuó el lunes, pero como el taquillero le dijo a Henry que no creía que fuera a hacerlo esa noche, renunciamos a la idea de ir. Me habría gustado verla especialmente como Constance, pondría la mano en el fuego por ella, y estoy segura de que no me defraudaría.

Henry ha ido a la exposición de acuarelas que se inauguró el lunes, e irá de nuevo con nosotras alguna mañana de éstas. Si Eliza no puede ir (tiene un resfriado) la Srta. Beaty será invitada para acompañarme. Henry se marcha de la ciudad el domingo por la tarde pero tiene intención de escribir él mismo a Edward en breve, para contarle sus planes.

Ahora están sirviendo el té.

No te quedes con la muselina de color a menos que realmente la quieras, porque me temo que no puedo enviarla a la diligencia sin ocasionar algún tipo de trastorno por aquí.

Eliza se enfrió el domingo cuando fuimos a ver a D’Entraigues. De hecho, los caballos se inquietaron ante la puerta de Hyde Park, pues una montaña de gravilla reciente se convirtió en una colina formidable para ellos, y rechazaron el embozo. Creo que a alguno le estaba irritando el hombro. Eliza se asustó y se bajó, y nos detuvimos unos minutos al aire fresco vespertino. El frio se le ha cogido al pecho, pero se está cuidando y espero que no le dure mucho.

Este compromiso evitó que el Sr. Walter se quedara hasta tarde. Se tomó el café y se marchó. Eliza disfrutó de la tarde y es su intención seguir cultivando esa relación. Yo no veo en ello nada que me disguste, excepto las cantidades de rapé que consumen. Monsieur, el viejo Conde, es un hombre de aspecto muy agradable, de modales tranquilos, lo

Miniatura Anónima de Felipe V. Museo Lázaro Galdiano.

suficientemente buenos para ser tolerados por un inglés. Creo que es un hombre muy bien informado y de buen gusto. Tiene algunos cuadros muy buenos que causaron las delicias de Henry, al igual que las dotes para la música del hijo lo hicieron con Eliza. Y entre los cuadros, había unas miniaturas de Felipe V de España, el nieto de Luis XIV, que se ajustaba perfectamente a mi capacidad. La actuación del Conde Julien fue maravillosa.

Nos encontramos tan sólo con la Sra. Latouche y la Srta. East, y ahora acabamos de comprometernos para el próximo domingo por la tarde con la Sra. L, donde coincidiremos con los D’Entraigues. Pero el Sr. Conde tendrá que apañárselas sin Henry. Si hablara algo de inglés, le haría caso yo misma.

¿Le has mencionado a la Sra. Knight que deje el té? Eliza ha vuelto a hablar de ello. Los beneficios que ha obtenido ella para poder dormir han sido considerables.

Pronto escribiré a Catherine para fijar el día de mi visita, que será el jueves. No tenemos ningún compromiso excepto el del domingo. El resfriado de Eliza requiere tranquilidad. Esta mañana han mencionado su fiesta en el periódico (Morning Post del 25 de Abril). Lamento lo que me dices sobre el estado de Fanny. Supongo que el remedio para su felicidad está en ese entorno. No tengo nada más que decir. Tuya afectuosamente.

Dale mi amor especialmente a mi ahijada (Louisa Austen Knight)

Nota: la traducción la ha realizado la autora del blog, no con objeto literario, sino por el contenido del estado físico y/o anímico de Jane Austen, por lo que es susceptible de mejoras en el estilo, la interpretación o la traducción de algunos términos.

Fuente: Le Faye, D. (1995), Jane Austen’s Letters, Ed. Oxford University Press