Recordemos que Cassandra se ha ido a Cheltenham con su cuñada Mary, que tampoco estaba pasando un buen verano por lo que respecta a su salud. Mientras, Jane se cuidaba como podía, pero tenía a sus hermanos cerca. Frank y su familia estaban en el cercano Alton, y su sobrino Edward la acompañaba en todo momento; Charles y su familia estaban por Inglaterra, y Henry no paraba de un sitio a otro.

Cheltenham http://lesleyannemcleod.blogspot.com.es/2011_06_01_archive.html
Cheltenham
http://lesleyannemcleod.blogspot.com.es/2011_06_01_archive.html

El apego de Jane hacia Cassandra puede resultar enternecedor… o digno de estudio. Las palabras más amables, los sentimientos más devotos son expresados repetidamente, como quien tiene que recordar al otro que «yo estaba primero», o «yo soy quien más o mejor te quiere y/o te necesita». Pero, éste, es otro tema…

Jane nos muestra abiertamente su desagrado por lo francés, aunque también hay que recordar que Francia en ese momento se encontraba en un estado de auténtica miseria. Es interesante recordar, aunque sea a través de Jane Austen, que en Europa también hemos vivido -y muerto- en condiciones de pobreza absoluta y de ausencia de derechos humanos fundamentales. Mucha sangre ha corrido en el camino hasta hoy….

Como veréis, una carta llena de pequeñas y grandes noticias, que es lo que le estaba escribiendo hoy (y mañana) hace doscientos años, nuestra querida Jane a su hermana Cassandra:

Carta de Jane a su hermana Cassandra (Jane tenía 40 años)

Domingo 8 – Lunes 9 de Septiembre de 1816

Mi querida Cassandra,

Hoy he soportado bastante bien la llegada de tu carta; cualquiera podría haber pensado que me estaba incluso proporcionando cierto placer.

Me alegro de que encuentres tantas cosas que te satisfagan en Cheltenham. Mientras los Waters estén de acuerdo, lo demás son menudencias.

El pasado martes llegó una carta para tí de Charles. Todos están bien, y bastante acomodados en Keppel St.. Los niños definitivamente mejor que vayan a Broadstairs. Escribe principalmente para preguntarnos cuándo nos vendría bien recibir a la Srta. Palmer, a las niñas y a él mismo. Estarían listos para partir diez días después de haber escrito la carta, y así visitar Hampshire y Berkshire. Preferiría pasarse primero por Chawton. Le he respondido y le he dicho que esperaba que les viniera bien posponerlo hasta la última semana de septiembre, pues no podríamos invitarlos antes, bien por lo que a ti respecta, bien por la falta de habitación. Le he mencionado el día 23 como posible día de tu retorno. Una vez que hayas salido de Cheltenham, resentiré cada media jornada que pases de viaje. ¡Si tan sólo hubiera un coche desde Hungerford a Chawton! Le he dicho que deseaba tener pronto noticias de él. No incluye una criada en la lista de personas a acomodar, pero si trajeran una, como supongo que lo harán, no tendremos ninguna cama en la casa ni si quiera para el mismo Charles, y mucho menos para Henry. Pero ¿qué podemos hacer? Tendremos la Casa Grande bastante a nuestra disposición. Los sirvientes de los Papillon se marcharán en uno o dos días. Ellos mismos han tenido que salir apresuradamente hacia Essex para tomar posesión, no ya de una gran propiedad que les haya dejado algún tío, sino de todo lo que puedan rascar , supongo, de los bienes de una tal Sra. Rawstorn, una vieja y rica amistad a la vez que prima, que ha fallecido de repente, y de quien son albaceas conjuntos. Así que, la visita de los Papillon por estos lares ha tenido un final feliz.

Esta mañana no hemos tenido servicio religioso, por lo que te estoy escribiendo entre las 12.00 y las 13.oo. El Sr. Benn viene por la tarde, y probablemente lloverá de nuevo, por el aspecto y sonido de las cosas. Nos dejaste con la duda de la situación de la Sra. Benn, pero tiene una enfermera para ella.

La mujer de Frank (Sra. de Francis Austen) rara vez tiene buen aspecto. Supongo que el pequeño embrión le está dando problemas. Cenaron ayer con nosotros, y tuvieron buen tiempo tanto cuando vinieron como cuando se marcharon, algo que, por cierto, apenas les había ocurrido anteriormente. Todavía no tienen sirvienta en la casa. El día que pasamos en Alton fue bastante agradable, la carne de venado estaba bastante rica, los niños se portaron bien, y el Sr. y la Sra. Digweed se adaptaron amablemente a nuestras bromas y a nuestros juegos. También tengo que destacar, para la satisfacción de su madre, que Edward, siguiendo mis sugerencias, se dedicó muy educadamente al entretenimiento de la Srta. S. Gibson. No faltaba nada, excepto el Sr. Sweney, pero desgraciadamente había sido convocado en Londres el día anterior. Dimos un precioso paseo hasta casa a la luz de la luna.

regency visit

Gracias, la espalda apenas me ha dolido durante varios días. Tengo la sospecha de que el bullicio le resulta tan perjudicial como el cansancio, y que me puse enferma cuando te marchaste, por la propia circunstancia de tu partida. Ahora me estoy cuidando de la mejor forma que puedo, porque he oído que el Dr. White tiene la intención de visitarme antes de marcharse.

Por la tarde.-

Frank, Mary y los niños nos han visitado esta mañana. El Sr. y la Sra. Gibson van a venir el 23, y hay bastantes razones para temer que se quedarán más de una semana.  El pequeño George, cuando le pregunté el otro día, fue capaz de decirme dónde fuiste, y también lo que le ibas a traer.

Sir Thomas Miller ha fallecido. Casi en cada carta te agasajo con la muerte de algún barón.

Así que tienes por allí a C. Craven, y también al Duque de Orleans y al Sr. Pococke. Pero me mortifica que tu no hayas podido agregar ninguno a tu inventario de conocidos. Te ruego que te juntes con alguien que se corresponda contigo. Estoy bastante cansada de que no conozcas a nadie.

La Sra. Digweed se marcha con Hannah y el viejo cocinero; la primera no quiere dejar a su amante, que es un hombre de muy mal carácter, y el último tan sólo es culpable de estar en desigualdad con todo. 

La Srta. Terry tenía que haber pasado esta semana con su hermana, pero lo ha retrasado, como de costumbre. Mi afable amiga conoce el valor de su compañía. 

No he visto a Anna desde el día que nos dejaste. Su padre y su hermano la han visitado casi a diario.

Edward y Ben vinieron aquí el jueves. Edward iba de camino a Selborne. Lo encontramos de muy buen humor. Acaba de volver de Francia, pensando tal y como se desearía de los franceses, y decepcionado con todo. No fue más allá de París.

Tengo una carta de la Sra. Perigord; ella y su madre están de nuevo en Londres. Cuenta que Francia es ahora como un escenario de pobreza y miseria generalizada. No hay dinero, ni comercio, y no se puede conseguir nada si no es a través de los posaderos. Y respecto a sus perspectivas actuales, no son ahora menos tristes que antes. 

También tengo otra carta de la Srta. Sharp; otra de las suyas. Se ha visto de nuevo forzada, mas que nunca,  a hacer frente a un estado mucho más angustioso y agobiante, y ha tenido la oportunidad de conocer a un viejo médico excelente y a su mujer, que tienen todas las virtudes bajo el cielo, y que la trata y la cura desde el amor y la benevolencia más puras. El Dr. y la Sra. Storer son el equivalente para ella de la Sra. y la Srta. Palmer, pues están en Brindlington. Sin embargo, me alegro de poder decir que el conjunto de los acontecimientos es mejor de lo habitual. Sir William ha vuelto. Desde Bridlington se irán a Chevet, y ella va a tener una joven ama de llaves bajo su dirección.

Disfruté mucho de la compañía de Edward, tal y como ya te he dicho, pero no lamenté que llegara el viernes. Tuvimos una semana muy atareada y necesitaba unos cuantos días de tranquilidad y exención de cualquier tipo de pensamiento y maquinaciones que acompañan a cualquier tipo de compañía.

Me pregunto a menudo de dónde sacas el tiempo para hacer todo lo que haces, además de cuidar de la casa. Y qué bueno que la Sra. Westing hubiera podido escribir esos libros, y recoger tantas palabras difíciles, con todas las obligaciones familiares que tiene ¡es para asombrarse aún mucho más! Ahora mismo me parece imposible componer nada, con la cabeza llena de chuletas de cordero, y dosis de ruibarbo.

Lunes.-

Hace una mañana triste por aquí. Me temo que no habrás podido acercarte a la fuente. Los dos últimos días han sido muy agradables. Los disfruté un poco más a tu salud. Pero hoy está haciendo bastante malo como para haceros venir hasta aquí. Espero que Mary cambie sus alojamientos para el final de la quincena. Estoy segura de que si miras bien a tu alrededor, encontrarás a algunas personas en alguna extraña esquina, que se acoplen mejor a ti. La Sra. Potter cobra por el nombre de High St. ¡Éxito para el piano forté! Confío en que te hará salir de allí.

Ahora nos dicen que no va a haber miel este año. Malas noticias para nosotras. Tendremos que atesorar nuestro stock actual de hidromiel. Y lamento percibir que casi se han acabado nuestros 20 galones. No puedo comprender todavía cómo nos duraron tanto los 14 galones…

No nos gustan mucho los nuevos sermones del Sr. Cooper. Están más repletos que nunca de regeneración y de conversión, a lo que hay que añadir su fervor por la causa de la Bible Society.

Marta le envía su afecto a Mary y a Caroline, y está muy contenta de que les guste la pelliza.

Los Debary son realmente odiosos.

Vamos a ir mañana a ver a mi hermano, pero solamente una noche. No tenía ni idea de que le importaran algo las carreras sin estar Edward con él.

Dales recuerdos a todos de mi parte.

Con todo mi afecto.

Firma JA

 

 

 

 

Nota: la traducción la ha realizado la autora del blog, no con objeto literario, sino por el contenido del estado físico y/o anímico de Jane Austen, por lo que es susceptible de mejoras en el estilo, la interpretación o la traducción de algunos términos.

Fuente: Le Faye, D. (1995), Jane Austen’s Letters, Ed. Oxford University Press