Yo hay cosas de los USA, que me alucinan. Empezamos con este senador norteamericano, Mark Takano (y, sin haberlo pensado, me ha salido un pareado), al que etiquetan como (¡atención!) «First openly gay person of color”, o sea, «Primera persona de color abiertamente gay». ¡No puedorrrr!

Mark Takano, fotografiado por Stephen Voss para The New York Times
Mark Takano, fotografiado por Stephen Voss para The New York Times

Simplemente por matizar, ahora resulta que la gente de color, no abarca únicamente a todos los tonos de marrón, del clarito al más oscuro (recordemos que Obama es 50% chocolate y 50% leche), sino que también aplica a los amarillos, que pueden ir de limón si eres de origen japonés o chino, al atrufado, si uno viene de las provincias de la antes conocidas como unión soviética.

Supongo que si uno es de origen europeo, entonces es de color fresita si tiene origen danés o vikingo, verde oliva si viene de los países mediterráneos, o blanco nacarado si viene de la fría islandia.

Sí, lo siento, pero un poco cansinos y démodés en USA con el tema de los colores…. les viene bien quizás la bandera gay, que está portando Mark Takano, que se lo toma todo con muchísimo sentido del humor (por eso me ha encantado traerlo a este blog, además de lo que ya veréis más adelante sobre Jane Austen). Mark ha dicho, que ya puestos a llamarle algo, que sea «Gaysian», de gay + asian. Tomen buena nota para los Gayfricans, Gaystralians, Gayrupeans y, por supuesto, los Gaymericans.

Pero, vamos a lo que nos interesa en este blog, que es Jane Austen. Resulta que Mark fue profesor de literatura inglesa, y le encantaba enseñar a sus alumnos «Orgullo y Prejuicio», de la que Elizabeth Bennet es su personaje favorito, seguida de Elinor Dashwood de S&S. Pero, ¡arrea!, de jovencito se llegó a plantear si Charlotte Lucas, futura Sra. de Collins, era ¡lesbiana!, lo que atrajo aún más su interés.

Como yo he defendido a ultranza este matrimonio, si resultara que esta hipótesis fuera cierta, propongo entonces que el Sr. Collins sea un poquito gay (con esos saltitos y ese amaneramiento) y, así, esa unión en el s. XIX, nos seguiría saliendo perfecta. No tanto en el S. XXI, pero ya sabemos que en aquella época uno no se casaba con quién quería, sino con quien buenamente podía…

Y un consejo que da a los jóvenes gays: antes de apresurarse en ninguna relación, leer primero a Jane Austen. No es tan fácil encontrar a un buen hombre ¿sabes?

Como veréis, el que no encuentra terceras lecturas a las novelas de Jane Austen, es porque no quiere. Ni que decir tiene que no suscribo esta hipótesis de mi querida Charlotte, pero me ha divertido mucho, y mucho más el congresista. ¡Qué siga sacudiendo polvo con tanto sentido del humor!

Fuente:

http://www.pe.com/articles/people-807021-good-thanks.html