Ya hemos comentado en alguna entrada que no era habitual adornar los árboles con motivos navideños en la época de regencia. Sin embargo, algo sí que se hacía. Para las reuniones y cenas de Noche buena, las familias cortaban ramas de árboles de hoja perenne, normalmente pinos, y ramitas de acebo, para cubrir la casa.

Las ramas se mantenían hasta el día de Reyes, que era cuando se quitaban y se quemaban en el fuego. Si no se hacía, la creencia era que traería mala suerte.
¿Celebramos al estilo regencia? Pues no dejéis de poner hoy una ramita verde en vuestro hogar, sobre todo, con mucho cariño…
Para Jane estas navidades eran especiales, pues acababa de publicar su cuarta novela, «su niña Emma», dedicada al Príncipe Regente, y tenían además a dos nuevos bebés en la familia: a Jemima, hija de su sobrina, y a Herbert, hijo de su hermano Frank.
Fuente:
Grace, Maria: A Jane Christmas Christmas