Me encanta ver a esta Jane Austen, relajada, haciéndole comentarios y sugerencias al libro que estaba escribiendo su sobrina Anna. Destila un sentido del humor maduro, y a veces algo malicioso, pero en su punto, que tanto nos hace reír con sus obras, y del que tanto debía de disfrutar su familia. Las sugerencias son geniales, y también el asunto de la criada que se va a marchar de la casa del tío Frank, que estaba instalado en la casa grande de Chawton. ¿No os recuerda a la serie «Arriba y Abajo», con los líos amorosos no solamente de los señores, sino también del servicio?
Cuando veáis que hace referencia a si Ben da su aprobación o no, os recuerdo que Anna estaba a punto de casarse con Ben Lefroy, sobrino del famoso Tom Lefroy que enamoró el corazón de una Jane jovencita, relación que nunca prosperó.
Y, por cierto, no os perdáis el comentario que hace Jane sobre los hombres en su época… quizás ella también necesitaba un Mr. Darcy y, como definitivamente no había a mano, se lo tuvo que inventar… 😀
Tampoco os perdáis, ahora que estamos con lo de si Jane-itas o Austen-itas, cómo ella misma emplea ese término para uno de los personajes del libro de su sobrina, esperando que Ben se haga, en breve, admirador de Susan o, lo que es lo mismo, Susan-ita. Bueno, una vez más, hay cosas que, definitivamente, en castellano, suenan raro, raro, raro…. 😀
O lo que dice de Walter Scott… Jane inigualable… 😀
Esto es lo que escribía hoy, hace doscientos años, Jane a su sobrina Anna:
Carta de Jane a sobrina Anna Austen (Jane tenía 38 años)
Miércoles 28 de Septiembre de 1814
Desde Chawton a Steventon
Mi querida Anna,
Espero que no estés pendiente de tener tu libro de vuelta inmediatamente. Me lo quedo para que tu abuela pueda escucharlo, pues todavía no ha sido posible hacer ninguna lectura en alto para todos. Se lo he leído a tu tía Cassandra anoche en nuestra habitación mientras nos desvestíamos, y nos lo pasamos muy bien. Nos gusta muchísimo el primer capítulo, y tan sólo nos ha asaltado una pequeña duda sobre si Lady Helena no es demasiado estúpida. El diálogo matrimonial es ciertamente muy bueno. Me sigue gustando Susan tanto como siempre, y ahora empieza a no

importarme tanto Cecilia; puede quedarse en Easton Court todo el tiempo que quiera.
Sobre Henry Mellish mucho me temo que va a resultar el típico carácter de novela: un hombre joven guapo, afable, y corriente (como no abundan demasiado en la vida real), desesperadamente enamorado, y todo ello para nada. Pero no es de mi incumbencia juzgarle tan pronto. Jane Egerton es una muchacha muy natural y comprensible, y el conjunto de su relación con Susan, y la carta de Susan a Cecilia, son muy agradables y muy ajustadas a los personajes. Pero la Srta. Egerton no acaba de satisfacernos del todo. Nos parece que es demasiado seria y solemne cuando aconseja a su hermano que no se enamore. No parece tanto una mujer sensata, sino una que está intentando meterle ciertas ideas en la cabeza. Nos gustaría tener algunos datos mejores sobre ella.
Te estamos muy agradecidas por que hayas introducido a una Lady Kenrick, pues se encargará de eliminar la parte más defectuosa del trabajo, y tengo que reconocerte tu enorme paciencia como autora al tener tanto en cuenta nuestras opiniones. Tengo esperanzas de pasármelo muy bien con la Sra. Fisher y Sir Thomas.
Has hecho muy bien en comentarle a Ben lo que estabas escribiendo, y me alegra mucho saber cuánto le gusta. El hecho de que él te anime y lo apruebe tiene que hacerte sentir “más allá de todo”. No me extraña en absoluto que no crea que nadie le vaya a gustar más que Cecilia “al principio”, pero me sorprendería que no se convirtiera en un Susan-ita con el tiempo. Ha quedado extraordinariamente bien que Devereux Forester se haya arruinado por su vanidad, pero me gustaría que no le dejes hundirse en un “vórtex de disipación”. No tengo nada que objetar a lo que ocurre, pero no puedo soportar la expresión. Es una jerga tan manida en las novelas, y tan antígua, que me atrevería a decir que Adán ya se encontró con ella en la primera novela que tuvo oportunidad de abrir.
Desde luego, me gustó mucho saber la opinión de Ben. Espero que siga estando encantado con el libro, y creo que debería estarlo, aunque no puedo halagarle con que vaya a haber muchos incidentes. No tenemos derecho a sorprendernos por que él no sea capaz de valorar el nombre de Progilian. Esa es precisamente una fuente de deleite para la que él difícilmente puede estar preparado.
Walter Scott no pinta nada escribiendo novelas, especialmente si son buenas. No es justo. Ya tiene suficiente fama y

beneficios como poeta, y no debería estarle quitando de la boca el pan a otras personas. No me gusta, y no tengo intención de que me guste Waverley si puedo evitarlo, aunque me temo que tendré que hacerlo. Sin embargo, estoy completamente decidida a que no me guste la Alicia de Lacy de la Sra. West, si en algún momento llego a toparme con ella, algo que espero que no ocurra. Creo que puedo mantenerme firme frente a cualquier cosa escrita por la Sra. West. De hecho, he tomado la decisión de que no me guste ninguna novela excepto las de la Srta. Edgeworth, las tuyas y las mías.
¿Qué puedes hacer con Egerton para que aumente su interés por él? Espero que se te ocurra algo, como algún suceso familiar, que pudiera sacar más sus grandes cualidades, o algún malestar entre hermanos y hermanas que se vea aliviado por la venta de su parroquia, o algo que le aleje del lugar misteriosamente, para ser encontrado más adelante en York o en Edimburgo, enfundado en un abrigo viejo y holgado. No te sugeriría seriamente nada que sea improbable pero si pudieras inventarte algo animado para él, causaría muy buen efecto. Podría prestarle todo su dinero al Capitán Morris, aunque parecería un auténtico estúpido si lo hace. ¿Podrían pelearse los Morris y que él los reconcilie? Te pido excuses la libertad que me tomo para hacerte estas sugerencias.
La criada de tu tía Frank acaba de avisar de que se va, pero no estoy segura de que te merezca la pena a ti tenerla, o que ocupe tu lugar. Antes de ir a la Casa Grande fue la criada de la Sra. Webb. Se marcha de casa de tus tíos porque no se lleva bien con sus compañeros de servicio. Está enamorada del hombre, y parece que se le ha dado la vuelta a la cabeza. Él tiene los mismos sentimientos por ella, pero ésta piensa que todas las demás también lo desean, y que la tienen envidia. Su trabajo anterior se ajusta muy bien a un lugar como el tuyo, y es muy activa y limpia. Es hermana de nuestra favorita, Beatriz. Los Webb se han marchado definitivamente. Cuando ví los carruajes en la puerta y pensé en todo el ajetreo que han debido tener con la mudanza, empecé a reprocharme que no me hubieran caído mejor. Pero una vez que desaparecieron los carruajes, mi conciencia se cerró de nuevo, y ahora me alegro enormemente de que se hayan ido.
Me gustan mucho los Sermones de Sherlock, de hecho los prefiero a cualquier otro.
Con todo mi afecto.
P.D. Si quieres comentarme algo sobre la criada, házmelo saber.
Nota: la traducción la ha realizado la autora del blog, no con objeto literario, sino por el contenido del estado físico y/o anímico de Jane Austen, por lo que es susceptible de mejoras en el estilo, la interpretación o la traducción de algunos términos.
jajajajjajjajajjaja que buena carta, es simplemente maravilloso los comentarios que hace a su sobrina, con esto ya se sabe que escribir es algo que requiere paciencia para poder cerrar los problemas y darle a cada culpable un poco de merecido, no demasiado, y que se debe abrir los ojos y tener cuidado.
Jane increible!!