MP Capítulo 41
Henry Crawford visita a Fanny en Portsmouth
Sinopsis
A las cuatro semanas de estar Fanny en Portsmouth, la cosa se pone fea. No solamente no ha recibido noticias de Edmund desde Londres, sino que su peor pesadilla se ha hecho realidad: en la puerta de su casa se encuentra Henry Crawford. Se lo presenta a su madre como un amigo de su hermano William, y ésta saca lo mejor de su repertorio de modales. Fanny, sin embargo, se siente avergonzada, por su casa, y con la esperanza de que la aparición de su padre no la haga sentir aún peor.
Henry le puso al día de cómo se encontraban todos, tanto en Londres como en Mansfield, y no tardó en proponer a Fanny salir a dar un paseo. Propuesta que cayó, por cierto, en saco roto. Y Henry recurre de nuevo al viejo truco de utilizar a los padres para que hicieran presión sobre Fanny: le pide a su madre que le ruegue a sus hijas que salgan a pasear con él. Y, lógicamente, el plan sale perfecto. Inmediatamente están en la calle, donde Fanny no gana para sobresaltos: se encuentran con su padre. Fanny sabe que quizás la vulgaridad de su padre puede por fin ahuyentar a Henry, pero no es la manera en que a ella le hubiera gustado que salieran las cosas. Aun así, ni si quiera esto le sale bien. El padre de Fanny, en la calle es un hombre encantador y lo suficientemente bien educado.
Van todos juntos al arsenal, por invitación del Sr. Price y, al cabo de un rato Fanny está lo suficientemente cansada y necesita sentarse. Su padre está entretenido con un colega y a Henry tan solo le sobraba la pequeña Susan. Pero Henry se había propuesto conquistar a Fanny y, en su conversación, ahora también se mostró considerado y amigo de la gente pobre y necesitada. ¡Inaudito! Lo que hace uno por amor…
Cuando Henry tuvo una ocasión a solas con Fanny, le confirmó que el único objetivo de su visita era ella.
Fanny no gana para sustos. El Sr. Price le invita a comer, que es el peor escenario en que Fanny se puede ver expuesta con su desastrosa familia. Para su fortuna, Henry no puede acudir, pues tenía otros compromisos.
Análisis y Reflexiones
Henry se convierte en un dulce envenenado para Fanny. Por un lado, devolverla a su mundo en Mansfield le era sumamente grato. Por otro, el comportamiento de Henry, espectacular y considerado incluso en sus circunstancias en Portsmouth, estaban a punto de hacerla olvidar cuánto le desagradaba. Creo que, cualquier otra en sus circunstancias, haría ya rato que habría caído en las redes de Henry.
Frases Geniales
.- (Fanny ante la llegada de Henry a su casa) Estaba avergonzada, y más la hubiera avergonzado aún su padre que todo lo demás
.- ella era refinada tan sólo por delicadeza natural, mientras él se había educado en escuela de lujo y sibaritismo
Wooow ahora si Henry ya me esta espantando (espero no sea demasiado tarde para cambiar el «si» por un «jamas en esta vida») me parese q ahora se comporta como medio psicopata.Es increible como su ego es tan grande q nescesita ser aceptado por todos a como de lugar…
Biennnn, Paty!!! 🙂 Efectivamente. ESO NO es amor…. es vanidad, es poder, es egoísmo depredador… le da igual llevarse por delante a Fanny con tal de satisfacer sus deseos de derribar a la inocente, dulce y bella palomita que vuela desconocedora de sus perversos deseos….. Jane Austen en TODAS sus novelas nos advierte de estos personajes para que aprendamos bien a distinguir lo que es amor de verdad, de lo que es vanidad disfrazada de amor. Podría parecer lo mismo, pero no lo es… 🙂
Ah, Henry. Creo que si Fanny no lo hubiera conocido antes, si no se hubiese enterado de lo que pasó con las primas, se habría sentido muy tentada. Al menos ha mostrado más interés que Edmund, aunque sea un interés psicópata.
«Jotes» los llamamos en mi país.
Siiii…. Es muy fácil caer en la tentación si no se tienen datos de su conducta, por lo general, amoral. A falta de estos, son capaces de convertirse en el príncipe azul para luego convertirse en el hombre del saco.. (Literal)……
Qué miedo, la pobre Fanny en este capítulo casi cae en las garras de Henry. He de confesar qué en la serie de la BBC cuando Henry la visita en Mansfield y parece que se van a besar desee por un momento fervientemente que lo hicieran. Culpo enteramente a la indiferencia de Edmundo por ese arrebato.
¡Eso!¡La culpa es de Edmund! 🙂 Jane Austen tiene la maestría de hacernos ver que es muy fácil caer en las fauces (y nunca mejor dicho) de estos sujetos y sujetas (la misma Lizzy podía haber cometido el error más grande de su vida si a Wickham se le hubiese pasado por la cabeza pedirle en matrimonio en un momento determinado…), y cómo hay que mantenerse firme ante el criterio, el sentido común y el rastro que van dejando tras de sí, y que no auguran nada bueno… desde luego, la vida a su lado está muy lejos de la felicidad y la plenitud del amor…. 🙂