El Profesor John Mullan, del prestigioso University College of London, acaba de publicar un libro titulado «What Matters

in Jane Austen» (que yo traduzco como «Lo que realmente importa en las novelas de Jane Austen». Y se subtitula «Twenty Crucial puzzles solved» (y que subtitulo «Veinte rompecabezas cruciales resueltos»). Editado por Bloomsbury.
Al principio siempre miro un poco de reojo a los nuevos libros sobre Jane Austen. Me gustan los que tratan sobre la escritora, no los que pretenden hacerse pasar por ella. En este caso, la recensión venía de la mano de Julie Wakefield, del blog Austenonly.com, que está directamente relacionado con la Jane Austen Society UK.
El profesor John Mullan es un experto en novela de ficción del siglo XVIII, y ha escrito este libro especialmente para las personas que leen (moi) y releen Austen una y otra vez, encontrando en cada lectura algo nuevo que aprender, algún detalle crucial, sabiduría, reflexiones, etc.
Nada en las novelas de Austen es casual. La aparición de una escena, de un comentario, de un personaje, está perfectamente estudiado por la autora, pero de una manera tan sutil y cotidiana que puede pasar completamente desapercibida en una lectura rápida.
Estoy completamente de acuerdo con Mullan, y también con la reflexión que hace sobre su forma de escribir. Siempre he defendido que, independientemente de los contenidos de sus novelas, simplemente el hecho de leer a Jane Austen (en este caso en inglés) es una auténtica experiencia neuronal. Yo, al menos, siento que muchos de los pasajes de sus novelas tienen repercusiones auténticamente positivas y fisiológicas, descriptibles y casi diría que medibles. Mullan indica que Jane, aunque ahora no pueda parecerlo, fue «rompedora» en su forma de escribir. La describe incluso como una escritora «experimental». No en vano se la considera una de las creadoras de lo que hoy se denomina

«novela inglesa». Así también lo entendió su padre cuando en 1797 hizo un primer intento de que se publicara Orgullo y Prejuicio, con escaso éxito y no demasiada insistencia por su parte.
El profesor Mullan, a lo largo de los veinte capítulos del libro, ayuda al lector a «descodificar» las sutilezas ocultas en el estilo de la escritora, proponiendo preguntas que la mayoría podemos habernos hecho individualmente de por qué ciertos eventos, y no otros, tienen una importancia crucial en el desenlace de las tramas.
Por otro lado, le añade el mérito de no haber estado en contacto con ninguno de los escritores o escritoras destacados de la época, como suele ser habitual; ni tuvo nadie que la dirigiera (académica, comercial, o estilísticamente hablando) en la creación de sus novelas, excepto su familia, que podría considerarse amateur, si bien James apuntaba maneras de escritor.
Julie Wakefield lo recomienda encarecidamente, y suelo fiarme bastante de su criterio. Yo solamente puedo deciros que ya lo he pedido, pues me ha parecido muy interesante el análisis de las sutilezas, tanto de contenido como de forma, de Jane, y que, en los comentarios de este post, as usual, haré mi recensión. Si alguien se lo ha leído ya, le agradecería que se sienta como en casa para hacer los comentarios que puedan ayudar a otros seguidores de la escritora bien a entender mejor el libro, impresiones, por qué lo recomendaría, etc.
Y quizás, con un poco de suerte, y de nosécuantoscientos de secuelas más, algún editor se anime a traducir el libro al castellano.
En unas semanas, más.
Fuentes:
http://www.guardian.co.uk/books/2012/may/18/ten-questions-jane-austen?INTCMP=SRCH
El libro de John Mullan promete ser muy interesante, pues, al parecer, se va por los recodos y vericuetos en los que muchos autores temblarían temiendo que les pillasen en falso. Lamento no contar con tiempo para leerlo. Ando planificando una nueva novela. Sí he de decir que estoy «pastando» en Jane Austen: «Emma», como nutrición.
Yo ya lo terminé, y te puedo asegurar que lo disfruté mucho. Hace reflexionar (un poco más) sobre ciertos aspectos o, al menos, observar desde otras perspectivas. Añade también, como dices, el análisis más detallado de «lo» que está, aunque no lo parezca, y el papel que juega en el desarrollo de cada novela.
Lo puedes dejar para más adelante, porque es intemporal.
Uy, Emma, tiene algunas de las mejores frases de Jane Austen. Seguro que la digestión y sobremesa te va a ser muy agradable…
Y ¡suerte con tu nueva novela! 🙂
Leyendo una recensión del libro de John Mullan, y en la que se recogían manifestaciones suyas –o extractos del libro– (creo que está escrito en lenguaje muy directo), me ha llamado la atención que se pregunte por la singularidad de Jane Austen: si tenía conciencia de ello. Supongo que se trata de una pregunta retórica, pero apunta al hecho de que era una escritora segura de sí misma y consciente de que andaba por el buen camino. Ella observaba la vida a su alrededor, y como contaba con personalidad artística –y voluntad decidida– entendió que el instinto no podía engañarla: crear vida poética, sería la senda; ese pequeño pulso que se echa a Dios. En ello consiste el gran placer de escribir.
Gracias Jose Ángel y bienvenido. Yo creo que en Jane Austen se juntaron muchos factores que la hacen única: los que apuntas, y además una práctica diaria dentro de una familia apasionada por la lectura de libros, por leer en alto, por hacer pequeñas críticas y representaciones teatrales, cuidadosa del lenguaje, de las formas y, lo que resulta muy sorprendente, gran estudiosa de la mente humana, dentro de los conocimientos que se tenían en aquella época pero que, a mi modo de ver, resultan tremendamente avanzados para ese momento. Y ese ojo crítico y descriptivo no es tan sólo el resultado de un instinto, sino también de una práctica.
Creo que el mismo placer que sentía Jane en escribir, debió de ser el escucharla (su sobrina decía que era muy placentero oir su voz y su lectura) y, para nosotros, leerla… una y otra vez. Yo personalmente ya he manifestado en repetidas ocasiones que leer sus obras me resulta una auténtica experiencia neuronal de lo más agradable… 😉
En fin, Jane Austen tuvo la suerte de nacer con un don, y de poder desarrollarlo…