
En muchos pasajes de las obras de Jane Austen oímos hablar del cutis de sus protagonistas, y de un cuidado primario que consistía en evitar que les diese el sol directamente en el rostro, de ahí que llevasen siempre sus sombreros y no saliesen a horas en las que la exposición a los rayos solares pudiera hacer que aparecieran pecas y avejentaran la piel anticipadamente.
Podemos decir que en la época de regencia, a falta de la cantidad de cosméticos con la que contamos hoy en día, primaba la belleza natural, y tenían más éxito los productos que sirviesen para evitar o eliminar las pecas, arrugas, granos y rojeces, que los que pudieran ser utilizados para tapar esas imperfecciones, como los maquillajes.
Para limpieza de cutis:
El primer gesto, limpiar, ya era conocido por las damas de regencia, que utilizaban la Loción de Dinamarca, cuya receta consistía en
Partes iguales de flor de frijol, y agua de las cuatro semillas frías, a saber, madroño, melón, pepino y calabaza, y crema fresca; batir todo junto, y añadir la cantidad de leche suficiente para la limpieza, y aplicar al rostro.
De : ‘The Toilette Of Health, Beauty, And Fashion’, publicado Allen & Ticknor, 1834, que a su vez lo sacó de «L’ami des femmes, ou Lettres d’un médecin» por P J. Marie de Saint-Ursin, (Francés) publicado por primera vez en 1804 por Barba, Paris, con una segunda edición en 1805 por «Barba et L’auteur», Paris. Parece ser que las mujeres danesas conservaban la juventud del cutis hasta bien entrada la cincuentena, y el resto de las mujeres europeas querían seguir sus «trucos», aunque por lo visto éstas utilizaban lo que se conocía «Agua de Pichón» que utilizaba carne de paloma en su fórmula.
Como Tónico Facial:
Se utilizaba el Olimpian Dew que probablemente contenía agua de rosas, astringente para cerrar los poros; y quizás benzoina para aclarar la piel, junto con flores de azahar y junco.
Un Remedio de Emergencia:
Para granos inoportunos y eventos inesperados, se utilizaba La Loción de Gowland. La preparaba Macdonald, Humbert y co.,

Loción de Gowland
en Longacre, a 2,3 chelines la pinta. Ninguna dama que se preciase prescindía de ella, aunque los médicos también advertían de sus riesgos, pues contenía mercurio y plomo. La receta consistía en almendras amargas, azúcar, agua destilada al que se añadían los componentes químicos corrosivos y corregidos con vino.
Está visto que lo de «para lucir hay que sufrir» no empezó precisamente con la depilación a la cera, como podríamos pensar hoy en día. Me gustaría saber cuántas caras bonitas quedaron dañadas con estos ungüentos utilizados atolondradamente.
Para hidratar y nutrir el cutis:
Ya en los periódicos de la época se anunciaban las fórmulas mágicas y milagrosas para conseguir ese cutis perfecto, y también la codicia de los vendedores hacía que muchas de ellas incluyesen productos venenosos como plomo y mercurio, como el Bloom de Ninon de L’Enclos:
- Ninon de L’Enclos
Delicadeza de Cutis.—El incomparable BLOOM of NINON DE L’ENCLOS, superior a todo lo conocido hasta ahora para hacer que la piel se vuelva suave, aterciopelada y completamente bella. Sus efectos maravillosos para eliminar pecas, verrugas, etc. le otorgan el derecho a ser preferido por los cutis más elegantes de este reino. Se recomienda particularmente para las manos y los brazos, a los que concede una delicadeza y blancura superior a cualquier otro producto en venta para este propósito. Venta exclusivamente en Mr. Golding, 42, Cornhill; Mr. Overton, 47, Bond-street; Mr. Wright, Wade’s Passage, Bath; y Miss Grigson, Liverpool; 4 chelines cada botella. (se sabe que su fabricación apenas salía por un penique)
Fuente: The Times, 20 June 1805
Este producto fue introducido en Inglaterra desde Francia en 1782 por la Srta. Louis Pigout de Paris, acreditando que había sido utilizado por Ninon de L’Enclos (escritora y cortesana francesa del siglo XVII), y por la misma reina Maria Antonieta. Pronto los médicos se echaron las manos a la cabeza y empezaron a desaconsejarlo. No hay registros de que nadie muriese por ello, pero se sabía que el uso regular de plomo en el rostro hacía que los músculos se paralizasen y lo dejasen inexpresivo (¿bótox del siglo XVII? ¡guau!) (se puede leer en inglés el artículo más amplio aquí)
Pero, «lo más» de la época era la Leche de Rosas:
Ya en 1819 lo denominaban uno de «los cosméticos más deliciosos de Europa», que no contenía sustancias perniciosas. Según el The new family receipt book la preparación de la Leche de Rosas de Warren era de la siguiente manera:
«Dos onzas de agua de rosas, una cucharada de té de aceite de almendras dulces y doce gotas de aceite de ácido tartárico deben de ponerse en una botella y agitarse hasta que esté todo ligado.» Es mejor mantenerlo en un lugar fresco.
En los links que os pongo a continuación encontraréis más recetas, pero, por si acaso, aviso de que no me hago responsable si alguna decide ponerse manos a la obra y echarse alguna de estas fórmulas. Consultar antes con el farmacéutico o la estheticienne. Please….
Respecto a Jane Austen y su hermana Cassandra, no parece que hayan sido consumidoras de este tipo de productos pues, como nos rememoraba su sobrina Caroline «no se conocía a sus tías por su buen gusto en el vestir, y adoptaron el estilo más apropiado para mujeres más mayores que ellas antes de tiempo. Eran especialmente correctas y les desagradaba particularmente cualquier indicio de suciedad.» Al menos a Jane le quedaba una voz que envolvía a quién la escuchaba recitar o leer novelas…
Fuentes:
Para las noticias de remedios médicos antíguos: http://thequackdoctor.com/
Para las noticias de regencia: http://hibiscus-sinensis.com/regency/skincare.htm
Alejandro S.
03/06/2016
La loción de Gowland no contiene ni contenía plomo, pero sí mercurio, en forma de bicloruro de mercurio, también llamado «sublimado corrosivo». Pero sí había muchas lociones de esa época que contenían sales de plomo, las cuales eran tóxicas.
La loción de Gowland estaba fabricada en Inglaterra y se vendía y usaba en todo el mundo civilizado.
Era algo venenosa por el mercurio que contenía (una pequeñísima cantidad), pero era muy efectiva para borrar las pecas y demás manchas del rostro. Permítanme ustedes otra aclaración: los números de los siglos deben escribirse con númeración romana: por ejemplo, siglo XVII, y no siglo 17. ¡Saludos!
hablandodejane
03/06/2016
Gracias por tu comentario, Alejandro S.
Como ya habrás visto, me gusta citar las fuentes de donde proviene la información, por lo que todo lo que comentas puede encontrarse en ellas. La conclusión, tanto si había en pequeñas dosis, o en altas, si en un compuesto o en otro, es que no eran aconsejables para su uso, aunque éste fuera universal. Los ingleses también se equivocaban.
También he estado repasando el artículo, y el siglo XVII está escrito en numeración romana (dos veces, por cierto) y no he visto lo que comentas de 17, excepto cuando se menciona el año 1782. ¿Podría ser que lo hayas leído un poco rápido?
Saludos para ti también.
Alejandro S.
05/06/2016
¡Buenos días! Sí, en efecto; me equivoqué con lo de la escritura del siglo. Quien escribió el artículo de este sitio no cometió error al escribir la numeración de siglos. Parece que estuve leyendo un artículo anterior en otro sitio web y me quedé con el recuerdo del error, ya que en el mismo el siglo XVII estaba escrito con númeración arábiga. Pero en este artículo no hay error en ese sentido; solo que la loción de Gowland no contenía sales de plomo, sino sales de mercurio.
Con respecto al otro tema de los ingredientes tóxicos en algunos medicamentos y cosméticos antiguos, yo mismo he usado hace años un cosmético de mi propia fabricación; una loción similar a la de Gowland, que contenía también mercurio en forma de bicloruro. Muy efectiva, pero no la usé por mucho tiempo. El bicloruro de mercurio es uno de los mejores antisépticos conocidos, pero es tóxico y como bien dice Vd. es mejor no hacer uso de él. Muy interesante artículo. ¡Saludos!
hablandodejane
05/06/2016
Muchas gracias Alejandro S. 😉 En manos expertas, hasta lo potencialmente tóxico puede resultar sanador, pero en manos inexpertas, hasta lo sanador puede resultar tóxico. De ahí que cualquier aviso nunca esté de más…
Bienvenido al blog. 😀