Para una escritora, sus libros son como sus hijos. Y así se lo manifestó en esta carta Jane Austen a su sobrina Anna Lefroy, cuando ésta tuvo a su primera hija. Esto es lo que le escribía Jane en estos días hace doscientos años:

(Jane tenía 40 años)
Mi querida Anna:
Al igual que estoy deseando ver a tu Jemima, estoy convencida de que te gustará ver a mi Emma. Por eso tengo el inmenso placer de enviártela para que te la leas detenidamente. Quédatela el tiempo que te haga falta, pues aquí ya la hemos leído todos.
Nota: la traducción la ha realizado la autora del blog, no con objeto literario, sino por el contenido del estado físico y/o anímico de Jane Austen, por lo que es susceptible de mejoras en el estilo, la interpretación o la traducción de algunos términos.