Jane sigue cuidando de Henry en Londres, en compañía de su sobrina Fanny, pero ya no está preocupada en absoluto. Compras, visitas, noticias de toda la familia…. bien, la vida sigue y Emma sigue a buen ritmo en la imprenta.
Esto es lo que hoy, hace doscientos años, le contaba Jane desde Londres, a su hermana Cassandra en Chawton.
Carta de Jane a su hermana Cassandra (Jane tenía 39 años)
Domingo 26 de Noviembre de 1815
Desde Hans Place, Londres
Mi querida Cassandra:
El paquete llegó bien, y te estoy muy agradecida por las molestias que te has tomado. Ha costado 2.10 chelines. Pero como, por otro lado, hay un cierto ahorro de dos chelines y 4 ½, estoy segura de que ha merecido la pena. Te envío cuatro pares de medias de seda, pero no quiero que se laven de momento. En los tres pañuelos de cuello incluyo el que envié la vez anterior. Quizás Edward podrá llevar estas cosas e incluso si no pudiera, me complace en extremo que vaya a verte desde Steventon. Es mucho mejor, e incluso sería preferible. Mencioné al Príncipe Regente en mi carta al Sr. Murray, y me llegó de vuelta un halago muy agradable. No sé si habrá servido para alguna otra cosa buena, pero a Henry le pareció que merecía la pena intentarlo. Desde la imprenta me siguen proveyendo bastante bien, el volumen 3 está muy avanzado para mi «arruruz», de cuyo peculiar deletreo hay una modesta pregunta en los márgenes. No me olvidaré del «arruruz» de Anna.
Espero que le hayas informado a Martha sobre mi primera decisión de no dejar que nadie sepa a quién le podría dedicar el libro, etc., por temor a que tuviera que verme obligada a ello. Ahora ella tiene el absoluto convencimiento de que me he visto influída únicamente por motivos mercenarios. He pagado nueve chelines de su cuenta a la Srta. Palmer. Ya no había más deudas. Bueno, ayer anduvimos muy ocupados todo el día, estuvimos por las calles desde las 11.30 hasta las 4, haciendo encargos principalmente para otras personas, conduciendo de un sitio a otro buscando un paquete para Sandling, que no fuimos capaces de encontrar, y atravesando las miserias de Grafton House para conseguir un vestido morado para Eleanor Bridges.

Sin embargo, fuimos a Keppel St., que era lo único que nos preocupaba, y aunque solamente pudimos estar un cuarto de hora, la visita de Fanny produjo una gran alegría, y aún más su sensatez, pues se vió muy afectada cuando vio a los niños. La pequeña Fanny parecía pesada. Vimos a todos. La tía Harriet espera que Cassy no se olvide de hacer un acerico para la Sra. Kelly, pues ella misma ha dicho que se lo ha prometido en varias ocasiones. Espero que veamos a la tía Harriet. Nuestras queridas niñas estuvieron aquí el jueves. Y eso fue suficiente para la mañana. Después llegó la comida y el Sr. Haden, que trajo consigo los buenos modales y la conversación inteligente. De 7 a 8, arpa. A las 8 llegaron la Sra. L. y la Srta E. , y el resto de la tarde la salita quedó conformada por el lado del sofá por las dos damas, Henry y yo pasándolo muy bien, y en el lado opuesto Fanny y el Sr. Haden en dos sillas (creo que por lo menos tenían dos sillas), hablándose entre sí ininterrumpidamente. ¡Imagínate la escena! ¿Y qué es lo que tienes que imaginarte ahora? El por qué el Sr. Haden cena aquí de nuevo mañana. Hoy tendremos al Sr. Barlow. El Sr. Haden está leyendo Mansfield Park por vez primera y le gusta más que Orgullo y Prejuicio.
Ayer recibimos una liebre y cuatro conejos desde Godmersham, por lo que estamos abastecidos para una semana. ¡Pobrecillo, el granjero Andrews! Lo siento realmente por él, y deseo sinceramente que se recupere.
Das bastante mejor cuenta del azúcar de lo que yo podría haber esperado. Me gustaría ayudarte a romper un poco más.
Me alegro de que no puedas despertarte temprano, estoy segura de que debes tener mucho atraso con el descanso. Fanny y yo hemos ido a la capilla de Belgrave, y volvimos caminando junto con Maria Cuthbert.
Hemos tenido muy pocas visitas durante esta semana, solamente recuerdo a la Srta. Herries, la tía, pero estoy aterrorizada con el día de hoy, un precioso y soleado domingo, con mucho mortero y nada que hacer.
Henry sale a diario a su jardín, pero parece que por el momento ha cesado su inclinación a querer hacer más. Tampoco tiene planes de dejar Londres antes del 18 de Diciembre cuando piensa sobre el viaje que tiene que hacer a Oxford durante unos días. De hecho, hoy sus sentimientos son que tiene que continuar donde está, al menos durante los próximos dos meses. Ya se sabe cuán incierto es todo esto pero, si tiene que ser así, debemos pensar en lo mejor, esperar lo mejor y hacer lo mejor. En ese caso mi idea es que cuando él vaya a Oxford yo debería irme a casa y pasar casi una semana contigo hasta que tu me reemplaces. Se trata de un plan silencioso que solamente tu conoces, y que obviaremos en caso de que ocurran acontecimientos mejores. Henry dice que se siente más fuerte cada día, y el Sr. Haden sigue aprobando sus pulsaciones, que parecen estar mejor que nunca, pero que todavía no le permiten estar bien. Todavía no se le ha retirado completamente la fiebre. La medicación que está tomando (la misma que antes de que tu te fueras) es principalmente para mejorar su estómago, y con un ligero efecto laxante. Está tan bien, que no se me ocurre por qué no está ya perfectamente recuperado. No debería haber supuesto que no tenía malestar en el estómago, pero probablemente la fiebre viene de ahí. Pero no tiene dolores de cabeza, ni mareos, ni dolores, ni indigestiones. Quizás cuando Fanny se haya ido, se le permitirá una recuperación más rápida.
No estoy decepcionada, pues nunca pensé que la pequeña de Wyards fuera guapa, pero tendrá un cutis bonito, con el pelo rizado, y puede pasar por una belleza. Nos alegramos de que el resfriado de madre no haya sido peor. Le enviamos nuestro amor y mejores deseos en cada oportunidad conveniente. ¡El dulce y amable Frank! ¿Por qué se ha resfriado él también? Como le decía el Capitán Mirvan a Madame Duval (en Evelina): “Espero que a él se le pase”. Fanny ha oído todo lo que te he comentado sobre ella y el Sr. Haden. Muchas gracias por la vista de la Carta que te escribió nuestro querido Charles. ¡De qué manera tan agradable y tan natural escribe! ¡Y qué imagen tan perfecta transmite su estilo sobre su disposición y sentimientos!¡Pobre querido compañero!¡Ningún regalo! Me estoy planteando seriamente enviarle las doce copias que iban a distribuirse entre mis conocidos más cercanos, empezando por el Príncipe Regente y acabando por la condesa Morley.
Adieu.
Con todo mi afecto.
P.D. Dale mi amor a Cassy y a Mary Jane. Caroline ya se habrá ido cuando te llegue esta carta.
Nota: la traducción la ha realizado la autora del blog, no con objeto literario, sino por el contenido del estado físico y/o anímico de Jane Austen, por lo que es susceptible de mejoras en el estilo, la interpretación o la traducción de algunos términos.