Bueno, pues vamos allá. Lo prometido es deuda, Victoria Austen, y suelo cumplir con mi palabra. Así que empezamos a leer Mansfield Park, despacito, a ver si le cogemos el gusto. Y las que se lo tengáis cogido, para ilustrarnos pasito a paso de dónde están los detalles que a lo mejor no vemos las demás.

Sinopsis del Capítulo 1

Érase una vez tres hermanas: las Ward. María, Frances y la Srta. Ward, que por matrimonio se convertirían en Lady Bertram, Sra. Price y Sra. Norris.

María era muy guapa y su belleza cautivó a Sir Thomas Bertram. Su carácter era indolente y tranquilo. Ideal

Lady Bertram (antes Maria Ward) y su perrito carlino.
Lady Bertram (antes Maria Ward) y su perrito carlino.

para ejercer de mujer florero. Además de sus cuatro hijos, dos chicos y dos chicas, su quinto amor maternal era para su perrito carlino.

La srta. Ward se casó con un amigo de Sir Thomas Bertram, el reverendo Norris, que ganaba lo justito para vivir, y no tuvieron hijos. Probablemente por la tacañería de la Sra. Norris.

Frances, también conocida como Fanny, se convirtió en la oveja negra de la familia. Se casó por amor con un teniente de marina, sin educación, sin dinero y sin relaciones. Nueve hijos.

El caso es que, cuando Fanny se casó tan mal, su hermana Maria estaba dispuesta a pasar de ella pero su hermana la Sra. Norris le  echó un buen discurso, con el resultado esperado: Fanny no solamente no hizo ni caso, sino que se enfadó tanto que las hermanas estuvieron diez años sin hablarse.

Pero el tiempo hace de las suyas y a Fanny se le estaba haciendo difícil vivir. Cuando ya iba por el noveno hijo, y su marido se había quedado discapacitado y con una pensión irrisoria, se vio tan desbordada que tuvo que claudicar e intentar retomar la relación con sus hermanas.

Un año duró el tiempo que tardaron en recuperar cierta normalidad, hasta que la Sra. Norris tuvo una idea brillante: liberar a Fanny de uno de sus hijos. Así se lo propuso a su hermana María y a su marido, Sir Thomas Bertram. Estos accedieron pensando que se iban a encargar entre los tres: Sir Thomas Bertram pensaba que la Sra. Norris tendría una buena compañía con su sobrina.

Nada más lejos de la realidad. La Sra. Norris era de esas personas que tienen ideas bondadosísimas… para encasquetárselas a los demás. Por supuesto, la culpa era de su marido o, mejor dicho, de la gota que le aquejaba. Él no soportaba tener jaleo en casa y ella estaba entregada en cuerpo y alma a su enfermedad. Quedaba radicalmente descartado que la niña viviera con ella. Así que los Bertram accedieron a hacerse cargo de ella.

Sir Thomas Bertram tenía ciertos reparos con la presencia de la niña por varios motivos: uno, que fuera una crueldad el hacerla comprender que, aunque se criara con ellos, no era uno de ellos y no tendría nunca sus ventajas, aunque sí sus favores. Por otro, le preocupaba que pudiera surgir alguna cosilla entre primos.

Los Price
Los Price

La Sra. Norris rápidamente lo tranquilizó. Para ello dio buena cuenta de sus dotes de pitonisa asegurando tajantemente que, puesto que los primos iban a criarse juntos (Fanny, la niña, apenas tenía 9 años cuando se estaba tomando esta decisión), era absolutamente imposible que surgiera el amor de pareja entre ellos.

Así que, con el consentimiento de todas las partes implicadas, se decidió que la hija mayor de Frances, Fanny, que tenía 9 años, fuera a vivir con sus tíos Bertram a Mansfield Park. La tía Norris se iba a encargar de todos los ajetreos del traslado.

Desde luego, Sir Thomas Bertram debía de querer mucho a su mujer para acceder a una responabilidad tan grande.

Reflexiones y análisis:

Aquí tenemos otro buen argumento para aquellos que dicen que Jane Austen es romántica. De las tres hermanas, la que se casa solamente por amor sin tener en cuenta otras consideraciones, es la que mete la pata hasta el fondo.

Jane Austen nos presenta a una Sra. Norris que es el equivalente al Sr. Collins de Orgullo y Prejuicio: pelota, tacaña y de una bondad ambigua.

En este capítulo, Jane Austen nos introduce el tema de las propiedades de Sir Thomas Bertram en el Caribe, pues Frances había pensado que quizás su hijo mayor (10 años) podría serle de utilidad en aquella plaza.
Tan sólo echo en falta una reflexión: criar a una niña en un ambiente tan estupendo, y luego no considerarla al mismo nivel que sus hijas es, cuando menos, humillante. A largo plazo habría que ver si se trata de una ventaja o de un inconveniente. Pero, sobre todo, pongamos que todo va sobre ruedas. ¿Qué tipo de

Fanny de pequeña
Fanny de pequeña

pretendiente podría tener Fanny? Un hombre que se enamorara de ella de verdad, tendría que tener en cuenta la familia de Fanny, que no era precisamente lo más aconsejable para cierto estatus social. Sería prácticamente hacerse cargo de ella y de toda la prole de hijos que tan irresponsablemente habían traído al mundo sus padres. Mucho, mucho tendría que quererla, para que se le cegara el sentido común, a no ser que Fanny rompiera definitivamente con su familia y se olvidara de ella, lo cual sería de una crueldad poco digna de una heroína. Por lo tanto, nos queda un segundo tipo de pretendiente: el que viera la conexión con Sir Thomas Bertram tan ventajosa que pudiera pasar por alto todo lo demás. Sería alguien de un estatus probablemente inferior, aunque no necesariamente bajo, pero lo suficiente como para necesitar de la relación que le proporcionaría su futuro suegro. Esto condenaría a Fanny a que se casaran con ella por conveniencia, o como un mero trámite para conseguir ciertas ventajas, pero no por amor.

Difícil decisión porque, la verdad es que, hiciera Fanny lo que hiciera, posicionarse en la vida y sacar lo mejor de ella no le iba a ser nada fácil… Una rosa en el desierto….
Frases geniales:

.- Ciertamente en el mundo no existen tantos hombres de gran fortuna como mujeres guapas que los merezcan.

.- El matrimonio Norris empezó su carrera de felicidad conyugal con poco menos de mil libras al año.

.- Se produjo entre las hermanas la ruptura total. Fue el resultado lógico de la conducta de cada una de las partes y que casi siempre ocurre cuando hay un casamiento imprudente.

.- Proporciónale a una muchacha una buena educación, preséntala al mundo adecuadamente y apuesto diez a uno a que tendrá los medios suficientes para casarse bien, sin gastos extras para nadie.

.- Nadie sabía mejor que ella cómo enseñar liberalidad a los demás, pero su amor al dinero era igual al que tenía por mandar y sabía muy bien cómo guardar el propio y gastar el de los demás.

.- Debemos prepararnos para su gran ignorancia, sus débiles opiniones, y modales de una vulgaridad incómoda. Pero no se trata de defectos incorregibles.