Para quienes poco, nada o mucho hayan oído hablar de él, V.S. Naipaul es un escritor de habla inglesa, nacido en Trinidad de abuelos indios, y a quien se le concedió el Premio Nobel de Literatura en el año 2001, «por su recuperación de historias suprimidas».
Si se quiere saber más sobre este autor, obras, etc., consultar en el siguiente link:
http://es.wikipedia.org/wiki/V._S._Naipaul
El caso es que recientemente ha surgido la polémica, pues en una conferencia que dió en la Royal Geographical Society a principios de Junio, declaró que ninguna mujer estaba a su altura, literal y literalmente hablando, incluida Jane Austen, de la que comentó que «difícilmente podría compartir su ambición sentimental, ni su sentimental visión del mundo».
Y no solamente arremetió contra Austen, sino contra todo el género femenino, al que dice reconocer en las primeras líneas de lectura de un libro, y del que piensa que su emocionalidad reduce mucho su capacidad literaria. Un comentario jugoso por su parte fue decir que puesto que no son capaces de llevar bien un hogar, mucho menos lo harán con un libro.
A uno no le queda más que hacer varias reflexiones:
– con qué tipo de mujeres se relaciona el señor Naipaul
– si la equiparación hogar/libro es imputable también al género masculino (con esta misma línea de razonamiento ellos serían probablemente mucho menos capaces de escribir una buena obra)
– si el anclaje de VS Naipaul en una mentalidad tan obsoleta es producto de una opción personal, o de un trastorno de distorsión de la realidad.
Lógicamente, no solamente los seguidores de Austen han saltado ante esta provocación, sino que sus comentarios sobre las mujeres escritoras ha levantado más de una ampolla que suponemos va a pasarle algún tipo de factura.
No obstante, vista su biografía (ver link arriba) y sus relaciones con las mujeres en general, lo que está claro es que su propio filtro emocional que tanto critica en el género femenino hace difícil que pueda tener una opinión más amable, objetiva e imparcial del valor de una mujer.
Lo que está claro es que es un gran cuentacuentos. Y que Jane Austen estaba demasiado acostumbrada a este tipo de mentalidades como para que, aparte de una mueca inicial, le hubiese importado lo más mínimo la opinión de una persona como él. Esta vez, Jane estará en la Catedral de Winchester enjugándose las lágrimas de la risa. Espero…
Pido el Nobel Póstumo para Jane Austen. Así ya no habrá discusión al respecto.
Se puede leer el artículo completo en The Guardian.
Intenté leer a Naipaul cuando le dieron el Nobel, porque no le conocía de antes, y sólo puedo decir que «reconocí en las primeras líneas de sus libros» que me iba invadiendo un absoluto aburrimiento.
Bueno, AustenGaskell, yo no quería haberlo dicho, porque al fin y al cabo se trata de un premio Nobel, pero a mi me recomendaron hace años enfervorecidamente uno de sus libros, y me pasó lo mismo. Pero tendrá lógicamente su público. Aquí, nosotras, a lo nuestro… 🙂