Desde su última carta, Jane tuvo una fuerte recaída. Y no solamente ella. Su hermano Charles, pasó unos días con molestias intestinales, y su hija Harriet, su cuñada y su suegra también estuvieron enfermas. Sin duda, un invierno duro en la familia Austen.

El 28 de Marzo falleció el tio Leigh-Perrot, hermano de la madre de Jane (y de cuya mujer y su acusación de robo de unos encajes en una tienda de Bath os hablamos en esta entrada -hacer click-). Todos albergaban ciertas esperanzas con esta herencia. Recordemos que Frank y Henry, tras la bancarrota de Henry el año anterior, tuvieron que dejar de pasar las 50 libras anuales para el mantenimiento de su madre y hermanas (algo que habían hecho desde que falleció su padre en 1805). Edward estaba en riesgo de perder dos tercios de sus propiedades por una reclamación sobre las mismas. Sin duda, lo que quiera que llegara de su tío, sería muy bienvenido. Sin embargo, éste, que sentía auténtica adoración por su mujer, se lo legó todo absolutamente a ella. Tan sólo James heredaría tras su fallecimiento, y cada uno de los hijos de la Sra. Austen que sobrevivieran a la muerte de la Sra. Leigh-Perrot, recibirían 1.000 libras cada uno. Jane se llevó tal disgusto que tuvo una recaída y reclamó de nuevo a su lado la presencia de su hermana Cassandra.

Se cree que fue un día como hoy que Anna, probablemente embarazada, y Caroline, fueron a visitar a su tía Jane, y la encontraron muy pálida, agotada…. tanto, que no pudo ni siquiera hablar con ellas, y apenas pudo estar sentada un cuarto de hora.

Charles escribió en esta carta «la última carta de mi queridísima Jane».

Esto es lo que Jane le escribía a su querido hermano, hoy, hace doscientos años:

Carta de Jane a su sobrina Caroline Austen (Jane tenía 41 años)

Domingo, 6 de Abril de 1817

Mi queridísimo Charles,

Muchas gracias por tu cariñosa carta. Ya estaba antes en deuda contigo, pero las últimas dos semanas he estado realmente mal, incapaz de escribir nada que no fuera absolutamente necesario. He estado sufriendo de un ataque bilioso, acompañado de bastante fiebre.

Hace unos días parecía que mis males habían desaparecido, pero siento vergüenza al decir que la sorpresa ante el testamento de mi tio Will (Leigh-Perrot), me hizo recaer. El viernes me sentí tan mal, y con tal sensación de sentirme cada vez peor, que no pude evitar presionar para que Cassandra regresara anoche con Frank tras el funeral, lo que, por supuesto, hizo. Creo que, o bien su regreso, o el haber visto al Sr. Curtis, o que mi trastorno haya decidido abandonarme, me han hecho sentir mejor esta mañana.

Por el momento, vivo en la piso de arriba y con mucho mimo. Soy la única de las herederas que ha sido realmente tonta, pero un cuerpo débil puede excusar unos nervios frágiles. Mi madre ha llevado bastante bien el olvido sobre ella. Las expectativas que tenía para sí misma nunca fueron más allá de la moderación y piensa, al igual que tu, que mi tío siempre tuvo la esperanza de vivir más tiempo que ella.

Te desea y envía todo su cariño, y te agradece por tus amables sentimientos. También desea de corazón que hubiera más para su hijo menor, y que los demás recibieran algo inmediatamente. Mi tía apreció completamente el valor de la compañía de Cassandra, fue tan amable con ella, y la pobre mujer se siente ahora tan miserable (pues su aflicción ha aumentado bastante desde el primer momento) que sentimos más consideración por ella ahora que nunca antes. 

Es imposible sorprenderse por que la Srta. Palmer se encuentre enferma, pero realmente lo lamentamos, y esperamos que no continúe en ese estado. Te felicitamos por la recuperación de la Sra. Palmer. Y por lo que respecta a tu pequeña Harriet, no me atrevo a ser demasiado optimista. No hay nada más amable que las preguntas de la Sra. Cooke, en todas sus cartas, sobre ti y sobre ella, y no es posible superar la manera tan cariñosa con la que habla de tu rostro, tras haberte visto.

Que Dios os bendiga a todos. Hazte a la idea de que va todo bien, si no oyes nada en ningún otro sentido.

Siempre sinceramente tuya

 

P.D.: Dile a mi querida Harriet que si en algún momento requiere de mis servicios de nuevo, deberá enviarme un carruaje de Hackney para que me recoja, pues no me encuentro lo suficientemente fuerte para viajar de ninguna otra manera, y espero que Cassy se encargue de que sea uno verde. Se me ha olvidado coger un folio de papel con los bordes apropiados (en negro, de luto, ndt)

Nota: la traducción la ha realizado la autora del blog, no con objeto literario, sino por el contenido del estado físico y/o anímico de Jane Austen, por lo que es susceptible de mejoras en el estilo, la interpretación o la traducción de algunos términos.

Fuente: Le Faye, D. (1995), Jane Austen’s Letters, Ed. Oxford University Press