Sinopsis
La tía Norris arregla el viaje de Fanny a Mansfield Park. A la sazón, la niña tiene ya 10 años. La familia Bertram la recibe con mucho cariño, pero ella está triste y no hace más que llorar, lo que provoca que la buena voluntad de sus tíos y primos pronto se convierta en algo de distanciamiento y, a veces, en un puntito de mofa. Pero son buena gente. Los chicos, Tom y Edmund tienen, respectivamente, 17 y 16 años. Las niñas, María y Julia, 13 y 12.
Tras una semana llorando sin parar, Edmund se encuentra un día a Fanny en el ático y se interesa por sus sentimientos y el porqué de su llanto. Se la lleva a pasear, y descubre que la niña está compungida especialmente por la separación de su querido hermano mayor, William, con el que se sentía protegida y con el que compartía penas y alegrías en el bullicio de su casa. Edmund le propone escribirle una carta muy cariñosa, y consigue así recuperar la sonrisa y la paz de espíritu de Fanny.
A partir de ese momento, Edmund y Fanny se convierten en buenos amigos, y es el único que comprende las motivaciones y las emociones de Fanny. La enseña a leer y a disfrutar de la lectura, obligándola a comentar y analizar los textos que tiene entre manos, y a corregir su juicio sobre ciertas situaciones.
Y así empieza a correr el tiempo en una familia en la que Sir Thomas Bertram era un hombre preocupado por sus hijos, pero que no creaba un entorno afectivo en el que éstos pudieran expresarse tal y como eran. Además, tenía que ausentarse con frecuencia para atender sus obligaciones en el Parlamento. Lady Bertram era todo indolencia. No le interesaba la educación de sus hijos ni la de su sobrina, tan solo su perro y su costura. Tom era un chico problemático, despreocupado y extravagante. Edmund era más recto y sensato, destinado a la vida religiosa. Las niñas eran guapas y educadas, marcando una diferencia con su prima Fanny. Ésta había quedado poco más o menos para ser una asistente de su tía.
Sir Thomas Bertram además siguió atendiendo de alguna manera a los hijos de la Sra. Price (hermanos y hermanas de Fanny), y en una ocasión, pasado ya un tiempo, antes de Navidad, Fanny tuvo ocasión de ver a su querido hermano William, que iba a embarcar. Disfrutaron de unos momentos preciosos pero en la despedida mientras él estaba entusiasmado con su futuro, ella se quedó entristecida por tener que volver a distanciarse de él. Pero en Mansfield Park tenía el cobijo emocional en Edmund, la segunda persona a la que más quería en el mundo.
Sus afectos estaban colmados por el amor que sentía por William y por Edmund. Al primero, como hermano. ¿Y al segundo?¿como primo?¿como amigo?¿como….? ¡Ay, Sir Thomas Bertram, si hubiera escuchado a su higadillo….!
Reflexiones y Análisis
Este capítulo me ha dado poco para reflexionar y analizar. Se trata de un mero trámite para decirnos cómo crecían los chicos y el tipo de vínculos que se iban creando entre unos y otros. Y que Fanny tenía el corazón dividido en dos. O, mejor, se le estaba haciendo bien grande para dar poder cabida a todos con la holgura necesaria…
Frases geniales
.- No resulta pues sorprendente que con todos sus prometedores talentos y su educación temprana, crecieran completamente carentes de adquisiciones menos habituales como el autoconocimiento, la generosidad y la humildad. (referiéndose a Maria y a Julia)
.- Aunque las primas a veces mortificaban a Fanny con su trato, ella tenía en tan poca estima sus necesidades que difícilmente podía sentirse herida por sus comentarios.