Me parecía a mí que ya estaban tardando en aparecer reacciones en contra de la elección de Jane Austen como  posible futura candidata a sustituir a Charles Darwin en los billetes de 10 libras (ver AQUÍ).

Para no perder la costumbre, el autor del artículo del Mirror, Fleet Street Fox, piensa que Jane Austen es una «Barbara Cartland del siglo XIX», que escribió solamente sobre la manera de conseguir marido y que, en definitiva, no cambió el mundo.

El autor del artículo propone a otras mujeres del ámbito de la medicina, del ejército, científicas e incluso a la políticajane surprised Margaret Thatcher (S.O.S.!!). Algunas me parecen también correctísimas candidatas y otras, no tanto.

En los comentarios prácticamente no hay nadie que se oponga fervientemente, y me ha gustado mucho uno que ha hecho Raelene Heston, que dice que «sería realmente admirable ver cómo se honra a una mujer que ha sido capaz de entretener a gente de todo el mundo, sin utilizar pornografía, violencia o tacos». Estoy totalmente de acuerdo.

Sin desmerecer a las otras candidatas que se proponen, me gustaría dejaros mi opinión de por qué Austen no es tan mala elección para los billetes:

Jane Austen no escribió sobre la mejor manera de encontrar marido, sino que utilizó el único entorno que ella conocía profundamente, el familiar, para describir la conducta humana, desde pensamientos, a emociones, normas sociales, etc. Si hubiera sido militar, habría escrito sobre lo mismo en un entorno de guerra; y si hubiera sido política, nos habría dejado deliciosas novelas de intriga sobre la increíble y, a veces indigerible, actuación de la gente que está en el poder. Pero fue lo suficientemente prudente como para expresar su percepción de la psique humana utilizando tan sólo el instrumento que ella dominaba: el de las relaciones familiares.

Es cierto que no cambió el mundo a bombo y platillo, pero el análisis profundo que hace Austen de los caracteres de sus personajes se refieren, sobre todo, a  la capacidad de autocontrol, de equilibrar emoción y razón, de tener en cuenta los sentimientos de los demás para no ofenderlos, de tener una conducta interior y exterior coherente y pulida, de adquirir buenos  hábitos de salud, de no olvidar el sentido del humor y la ironía para enfrentarse a los pequeños sinsabores de cada día…

Probablemente ésta sea una revolución muy sutil, tanto, que el mismo Fleet Street Fox no tenga la sensibilidad suficiente como para percibirla. (¡Estoy siendo irónica, Fleet! seguro que me entiendes…). Pero a mucha gente Jane Austen les hace sentir en paz, tiene en cuenta sus reflexiones y las aplican en su día a día.

Realmente, pienso que sí trabajáramos nuestra psique, nuestras emociones y nuestra conducta como, en el fondo propone Jane, muchas de las profesionales que se proponen en la candidatura, quizás, no habrían hecho falta en el mundo.

Por mi parte, vuelvo a apoyar la candidatura de Jane, esta vez con un argumento políticamente correcto: la revolución está en el interior de cada uno. Y Jane da unas pautas extraordinarias para ello.

Y, por cierto, creo que a Jane, que tan precaria anduvo de dinero durante toda su vida, deben de estar saltándose las lágrimas de la risa/alegría con esta propuesta. ¡No solamente sus libros son los más vendidos en todo el mundo, sino que, quien quiera comprar algo, lo que ella misma no pudo, tendrá que hacerlo mirándole a los ojos!

Me parece absolutamente genial.

¡¡AÚPA JANE!!!

Jane lies in Winchester—blessed be her shade!

Praise the Lord for making her, and her for all she made!

And while the stones of Winchester, or Milsom Street, remain,
Glory, love and honor unto England’s Jane.

Rudyard Kipling, 1924
 
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